Sábado, 5 de agosto de 2006 | Hoy
Por Gary Vila Ortiz
Me gustan las revistas viejas, desordenadas en cajas, en cajones en estantes, sin orden alguna, permitiendo el juego del azar que tanto me complace.
Nosotros, número aniversario de 1927. En un tomo de más de quinientas páginas la revista fundada en 1907 y dirigida por Alfredo Bianchi y Roberto Giusti, publica un tomo de más de quinientas páginas con 28 artículos. Jorge Luis Borges, en sus 28 años, escribe una página sobre la lírica de hoy. "Postdata: demasiado se conversó de Boedo y Florida, escuelas inexistentes. Creo, sin embargo, en la correlación de las parroquias, de la sección electoral, del barrio, con la literatura. Añado, sin ningún etcétera de confianza, el siguiente borrador de clasificación: a) Escuela de indefinida apatencia o de antiguos barrios del sur: Maria Luisa Domínguez, Susana Calandrelli, Gonzalez Carballo. b) Escuela del mal humor obrerista y del bellaquear o de los barrios nuevos del sur: Alvaro Yunque, Aristóbulo Echegaray, Juan Guijarro; c) Escuela de la fina cursillería o de flores; Atilio Mellid, Bartolomé Galíndez; d) Escuela de la rima a más no poder o de las tertulias del centro: Luis Cané, Conrado Nalé Roxlo, Ernesto Palacio; e) Escuela de las palabras abstractas y definitivas o de Belgrano: Carlos Mastronardi, Ulises Petit de Murat, Pondal Ríos; f) Escuela de lo aventurero, del agua, o del Paseo de Julio y la Boca: Raúl Gonzalez Tuñón, Hector Pedro Blomberg, Pedro Herreros; g) Escuela de los cien practicadas puestas de sol o de las caminatas por el Noroeste: Norah Lange, Ricardo Molinari, Paco Luis Bernárdez, J.L.B. Esta Localización, como se vé, no conduce a nada."
Megáfono (nº 9 1931). Dirigida por Sigfrido Radaselli, Edwin Rubens, Victor Max Wullich. Un comentario sobre "Los lanzallamas", de Robert Arlt, firmado por Lisandro Alonso. Curiosos algunos párrafos (nos parecen): "Curiosa es la posición que dentro del mundillo literario que ocupa Roberto Arlt nos permitimos hablar así porque no somos señores enfáticos, sino simples lectores que hemos adquirido su libro en una esquina un poco de voluntad propia y otro poco acaso por inercia. Sus apresuradas notas diarias en El Mundo le han dado una popularidad de la cual el se jacta pero que por sí misma no tienen nada envidiable, sin duda. De allí ese prejuicio con que cortamos el año pasado los primeros pliegos de "Los siete locos" creyendo encontrar una serie andina de "aguas fuertes porteñas" donde solo había un libro desconcertante, muy superior a ellas, con todos sus infinitos defectos, muy superior a ellas, porque servía para revelar en Arlt algo que las notas no deja de ver nunca".
Conducta (abril de 1938). Dirigida por César Tiempo. "Muerte de García Lorca", por Horacio Alberto Estol: "Cristo de Poesía tiroteado. / Canción estrangulada. Sin las alas / tu magnífico vuelo derrumbado / y el pecho destrozado por las balas. / Como Cristo también resucitado / en el prodigio escalas / el más alto pináculo aureolado / por el rojo estallido de esas balas. / Cristo de poesía con la vida / crucificada sobre el recio muro / que ennobleció la sangre de tu herida. / Ese minuto criminal y oscuro / marca el dolor de la canción perdida / y tu alma en estrella florecida".
Nosotros (1939). Un bello y estenso poema de Emilio Oribe, "La lámpara que anda". Oribe, en las notas finales al poema, expresa que se trata de diez episodios en los distintos modos de conocimiento que yo concibo, están expresados por medio de experiencias y anécdotas que solo presumen ser alegóricas interpretaciones.
En el mismo número hay una sátira de José Ingenieros contra Freíd. Cuando se publicó por primera se hizo con el pseudónimo de Luis Campos Aguirre. Freíd, dice Ingenieros, representa, sin disputa la más alta figura del humorismo contemporáneo. Inicia, agrega, un nuevo género, la "epopeya científico burguesa".
Babel, 1951. Número 58. Revista dirigida por Enrique Espinosa y publicada en Chile. Es extenso para repetirlo en su integridad, pero merece que los interesados tengan en cuenta el artículo "La resistencia de las pequeñas revistas literarias en los Estados Unidos", de William Barret. A quienes se han encargado de ellas, el autor del artículo no titubea en calificarlos de "héroes". Lo son, pero no tan solo en los Estados Unidos y no sólo en aquel tiempo sino en los actuales.
La hipotenusa. Nº 7, 1967. Editada por Helvio Botana, dirigida por Luis Alberto Murray, el jefe de redacción era Daniel Giribaldi. En la carta del editor se nos dice que con la única explicación de que se trata de una revista de humor para gente en serio, se le dedican varias páginas al futuro: tiempo falso, absurdo, inexistente. Sin embargo la estamos leyendo en el 2006. Es decir, casi cuarenta años después.
El ornitorrinco (1983). Antes de ser un ornitorrinco fue un grillo de papel y un escarabajo de oro. La dirigió, siempre, Abelardo Castillo. "Nos hemos vuelto demócratas", dice Castillo. Los escritores, la policía, los numismáticos, los torturadores, los periodistas y sobre todo periodistas: les ha acometido un frenesí por el libre albedrío, el derecho a informar, la denuncia: (...) Y he oído que hasta ciertos políticos profesionales y sindicalistas han optado últimamente esta interesante tradición helénica (...) Se nos ha dado permiso y acá nos tienen. No hablo de los obreros, por supuesto,: los obreros no suelen pedir autorización para expresar con actos lo que piensan..."
Fin de Siglo (1987). Dirigida por Vicente Zito Lema. Un imperdible dossier sobre el macartismo; además un articulo de Juan Gelman sobre Perón y los montoneros; textos de Jacobo Fijman y de Drummond de Andrade entre otros. Del brasilero, además de un reportaje una serie de aforismos. No es obligatorio tener motivo para estar alegre, lo mejor es suponerlo. Parte del prestigio de Kafka resulta de la fascinación de la letra K. Comer sin hambre, amar sin deseo. Es todo la misma cosa. Madame Bovarym protesta: No soy Falubert. Cuerpor, esa obra de arte que se va degradando con el tiempo. El mal gobierno jamás será el peor de todos, y eso reconforta al ciudadano. El hombre, ser mortal, confirió inmoralidad a los dioses. Nuestros muertos están sepultados en nosotros, pero preferimos visitarlos en el cementerio. La vida es indivisible en capítulos, a no ser por los novelistas.
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