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Niños del Chaco

Las imágenes de los niños desnutridos en el Chaco, no son más que el registro gráfico de cómo ha operado el sistema capitalista, en su base material y en la superestructura política durante el último medio siglo, la sistemática aplicación de planes de destrucción ha dado brillantes resultados para latifundistas y especuladores de toda laya.

Las imágenes son elocuentes: no son niños de aldeas africanas asoladas por guerras interétnicas, son las víctimas principales de la operatoria prolija y metódica de tecnócratas al servicio del FMI, el Banco Mundial la OMC, etcétera. Los niños del Chaco como los de los hospitales de Tucumán, desnutridos crónicos reflejados por Fernando Solanas en su documental "La dignidad de los nadies" son los "ocultados" por las estadísticas oficiales, pero como siempre la cruel realidad se impone.

Los responsables son los dirigentes políticos, de todos los partidos que han gobernado las provincias y el Estado Federal. Prestos siempre a socorrer a terratenientes, a subsidiar a corruptos extractores de plusvalía con los fondos generados por los trabajadores con empleo y sin él.

Los pobres además de castigados crónicos son estigmatizados por su pobreza y sólo son visibles a pesar de las manipulaciones mediáticas, en la crónica policial o en las tragedias generadas por los hacedores del malestar general.

Dirigentes, tecnócratas y legisladores muestran como éxitos sus desmanes.

Aun hoy homenajean en la Sociedad Rural a Martínez de Hoz, impertérritos, obscenos frente al padecimiento colectivo.

Según un reciente informe de la ONU, la cifra de pobreza se ha acrecentado a escala global en noventa millones de personas gracias a las crisis sucesivas, gracias a las políticas que favorecen a banqueros y mercaderes.

Michel Foucault recomienda en sus trabajo aplicar la genealogía, para aproximarnos al horror del Chaco sólo debemos repasar archivos, leer declaraciones y reflexionar acerca de los responsables del nuevo genocidio, que por afectar por sobre todo a los niños es de clara inspiración patriarcal y filicida.

Carlos A. Solero

Miembro de APDH Rosario

[email protected]