El colapso educativo

¿A quien se juzgará por la sangría educativa, que provocó la Ley Federal de Educación, herencia de la decadencia, de la última década del siglo que pasó? No quisiera pensar que cargarán la culpa, los niños centrifugados del sistema, afiliados o adoptados por traficantes de marginalidades. Lamentablemente, "se conoce que el camino se desbarranca, solo cuando se muestra el abismo" escribió Saint Exupéry.

Muchos padres, ex alumnos y vecinos intentamos rescatar estas escuelas "recategorizadas", que fueron piloto y modelo en otras épocas. Lamentablemente, los trajeados del ministerio, no escuchan., dice Manuel Vicent: "la autoridad no es más que un reflejo de las vestiduras". Todavía late en mi memoria, la bronca y el desprecio que sintió por mi persona, Susana Decibe, en 1995, porque expliqué a los docentes, el riesgo del autoritarismo, con el Panóptico de Foucault.

En la escuela 103, luchamos a brazo compartido, diseñando y gestando más de veinte talleres con docentes voluntarios, que enseñaron: periodismo, literatura, idiomas (inglés y francés), computación, danza, música, teatro, química, etc. etc. En esta misma escuela, en la década del 70, se impartieron clases de Educación Sexual, incluyendo "vacunas explicativas", para prevenir patologías, que recién asomaban, como la anorexia ideológica, devenida corporal. En 1978, participó en el programa de divulgación de los Derechos del niño para preparar el Año Internacional del niño (1979), en plena prohibición de estos contenidos.

Todos somos responsables, de la sobrevida de las escuelas; Nº 103 Roque Sáenz Peña; Nª 58 Juan Bautista Alberdi; Nº 56 Almafuerte; Nº 64 Riccheri; Nº 53 Rivadavia, y Nº 54 Manuel Belgrano.

Algo semejante ocurrirá a nuestra Universidad, que todavía llamamos gratuita y pública y en la que mejor aprueban los alumnos, que pagan las academias, vecinas a ellas.

Mirta Guelman de Javkin