Miércoles, 21 de junio de 2006 | Hoy
El desafío formulado por el Presidente de la Nación Néstor Kichner de construir una Argentina plural bajo el lema "la patria somos todos" da pie a la formulación de algunas consideraciones.
La consigna que ganara la tapa de todos los diarios de avanzar hacia una nación donde impere el pluralismo por sobre el pensamiento único para la resolución de los problemas del país entiendo es una cuestión básica y fundamental inherente a todas las fuerzas políticas democráticas.
Esta posibilidad de poder concertar políticas en aras de construír un país mejor es también una oportunidad para poder apreciar el grado de madurez y de calidad institucional que tiene un sistema político a partir del análisis y la valoración del contexto en el que sus actores hacen uso de los mecanismos y de las reglas de juego democráticos.
Así, puede observarse que tal como se plantea, la formulación presidencial tiene antecedentes en la Italia de post guerra, en Venezuela a partir de 1958, en Portugal, en Grecia y en España con el siempre reivindicado Pacto de la Moncloa, a partir de los cuales fue posible la concertación entre los principales partidos políticos no solo para consolidar la democracia sino también, en algunos casos para avanzar en acuerdos en materia de desarrollo socioeconómico.
Lamentablemente en el campo de la acción política tanto el Presidente como sus operadores desnaturalizan la convocatoria, confundiendo concertación con los partidos políticos de la oposición con intento de cooptación de algunos sus dirigentes, y pluralismo con adhesión al proyecto reeleccionista presidencial, situándonos ante lo que se denomina hegemonismo, desintegrando entonces la posibilidad de poder articular coincidencias por sobre las diferencias.
Pruebas al canto podemos encontrarlas en la furibunda artillería verbal que se descerraja contra quienes valoran criticamente la gestión presidencial, o cuando se opera para generar crisis en otras fuerzas políticas a partir del uso discrecional de aportes del tesoro nacional, de promesas de obras públicas, de subsidios, o de convites a integrar el staff gubernamental.
El esfuerzo para poder articular perspectivas claro está, debe comprometer tal como reza el eslogan a todos, pero fundamentalmente es el partido de gobierno, despojado de picardías, el que debe dar el primer paso.
Ya finalizando, puede sostenerse con convicción que la pluralidad es una oportunidad para el cambio y que no debería ser un problema, eso lo tenemos marcado a fuego en el radicalismo, porque sabemos bien que con una sola fuerza política no alcanza para la construcción de una Argentina democrática, pluralista e inclusiva, por eso es que demandamos que el señor Presidente debe estar a la altura de las circunstancias, comportándose como un verdadero estadista, despojándose del rol de jefe de partido y de tentaciones hegemónica, de ese modo seguramente encontrará en el arco opositor la mayor de las predisposiciones para poder concertar y fundamentalmente para poder concretar el sueño de construír una nación para todos.
Carlos Vila
Presidente del Comité Departamental Rosario de la Unión Cívica Radical
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