Jueves, 3 de agosto de 2006 | Hoy
Solamente nos es posible una interpretación parcial de las cosas que está informada por diversos factores que nos atraviesan tanto desde el microcontexto personal como desde la propia historia y experiencia: el género; el sector social; la educación que recibimos, etc. En este sentido, nuestra percepción también estará influída por el trabajo que realizamos y el entorno en que lo llevamos a cabo. Además, nuestros patrones mentales alimentados por el sistema de creencias que nos proporciona la cultura de pertenencia, condicionan nuestro acceso a la realidad. En este sentido, Edgar Morín estudioso de esta complejidad, dice que aunque construímos la percepción del mundo con una considerable ayuda de su parte, dicho conocimiento está condicionado por nuestras formas de conocer. Aún dentro del mismo contexto, las personas nos comunicamos unas con otras partiendo de plataformas vitales diferentes. Ni siquiera el lenguaje que podemos considerar un código consensuado por una comunidad, tiene aspectos semánticos y de sentido compartidos por todos sus miembros. Por otra parte, la atribución de significado estará a cargo de quienes -desde sus personales realidades- reciban los mensajes que emitimos, hecho por el que comunicarse es el resultado de una construcción. Estas consideraciones sintetizan algunos de los planteos que efectúan los nuevos paradigmas sobre la comunicación humana y nos son útiles para reflexionar sobre la complejidad de la temática interrelacional contribuyendo a la concientización de que comunicarse no es fácil. Sin embargo, aporta a nuestro confort existencial la idea de que para amar no es necesario "comprender" a otra u otro, más bien se trata de estar disponible dentro de las propias posibilidades, escuchar, acompañar y a veces alentar. No nos es posible por ejemplo ponernos en la situación de nuestros hijos adolescentes, porque sus ideas, emociones y sentimientos pertenecen a sus personales vivencias, pero podemos manifestarles nuestro afecto, ofrecerles nuestra presencia, nuestra escucha interesada, nuestra ayuda así como los límites que requieren las diversas circunstancias. Sería conveniente dirigirnos al encuentro con los otros/as con una buena dosis de respeto por todo lo que desconocemos de sus propios universos. En tal caso estaríamos concientes de que lo que podemos brindar son interpretaciones u opiniones desde nuestras ópticas individuales, dejando margen para los grados de libertad y los modos de acción que a ellos y ellas les resulten posibles. Asimismo, de esto se trata lo que los demás pueden ofrecernos a nosotros. Otras formas de acercamiento no contemplarían las características de unicidad y diversidad que nos distinguen como seres humanos; nos despojarían a nosotros y a otros/as de algún aspecto de la libertad, nos reducirían a tratar o ser tratados como objetos de manipulación.
Cristina Cáceres Hanzich
PD: Coordinadora del ciclo "Conocimientos y aprendizajes para una interacción eficaz en los ámbitos privado y publico. Recursos de la Mediación". Comienza este viernes a las 18.30 en Alianza Francesa, San Luis 846. Informes al teléfono 485 1507.
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