Lo importante es el camino

Lo importante no es ganar... lo importante es el camino, canta Fito en una canción de su último disco. Sin embargo y, a pesar de su advertencia, los educadores, generalmente padres y docentes, seguimos fomentando la importancia del éxito por sobre el esfuerzo. Diariamente acompañamos a los niños a sus diferentes actividades, sean estas obligatorias o no, e inculcamos el mandato del triunfo por sobre el competir, del premio por sobre el jugar. Como adultos solemos fomentar que nada alcanza si no se logra la victoria, si no fue cometido el gol, si no alcanzó la mejor nota o no consiguió destacarse entre los pares. Pareciera que no basta con el trabajo que cuesta conseguir las metas propuestas o con el esfuerzo de cambiar lo que supuestamente tiene marcado el destino para uno; sino que exigimos a los demás y a nosotros mismos y nos fijamos objetivos cuasi imposibles o inalcanzables para nuestras posibilidades. Por ende, deviene la frustración, el enojo y , a menudo, la inmovilidad. Suele ser difícil "estar al lado del camino" como reza otra canción del cantante rosarino, "fumando el humo mientras todo pasa", alejado de todos los "ismos" que nos impone la vida posmoderna. Porque, por un lado, solemos ser críticos de la realidad, pero, por otro, caemos en la trampa de ser y hacer los que marcan las tendencias de moda o ciertos parámetros que nos resultan ajenos, pero, sin embargo, nos atrapan y reproducimos para con los más chicos. Los adultos deberíamos ser el modelo, pero no a modo de ejemplo a imitar o a copiar, sino como guías en el vivir cotidiano, mostrando lo que somos capaces de hacer con todas nuestras potencialidades y con nuestras limitaciones, exponiendo la energía para mejorar la calidad de vida no sólo nuestra sino la de los demás. No dejemos que, como a Fito, el tiempo nos ponga en otro lado, sino, por el contrario, estemos donde debamos estar y a su debido tiempo con los más pequeños, acompañándolos en el camino, que a pesar del cambio de época, nos siguen necesitando como referentes para una niñez plena, condición sine qua non para ser un adulto feliz.

Carina Cabo

Pedagoga