Dolores Barrionuevo comenzó a preocuparse en su casa de Lanús Oeste. Su marido no volvía de trabajar, pasaron las horas y recibió una llamada de su esposo en la que le aseguró que había sido "víctima de un secuestro extorsivo pero que se encontraba bien", según dijeron fuentes de la comisaría donde la mujer hizo la denuncia. Pero toda la farsa comenzó a desmoronarse cuando la policía intervino el celular del empresario del plástico Marcelo Maio, de 35 años; y así pudo hallarlo ayer en perfecto estado y en compañía de dos prostitutas en una pensión en el barrio Echesortu de Rosario.