Estos talleres que han aparecido hace un tiempo no tienen que ver con una moda, tienen que ver con que últimamente se ha descubierto que con el cerebro sucede como con el cuerpo: en la medida en que se lo mantiene en actividad, se mantiene mejor su rendimiento, más saludable y se retarda el deterioro si es que alguna enfermedad, como el tan temido Alzheimer, nos afectara.

Esto sucede porque, como nos enseñan los investigadores en este tema, la actividad cerebral favorece nuevas conexiones neuronales, por lo tanto en el caso que algunas se hubieran deteriorado, será suplantada por otras, o fortalece aquellas que aún funcionen y estuvieran debilitadas. Estamos hablando del deterioro normal del paso del tiempo.

La memoria que es fundamental en los procesos de conocimiento, ya que nos permite el registro, almacenamiento y restitución de los datos de nuestro entorno, funciona apoyándose en los sentidos, que nos dan el registro más inmediato y en otras facultades como el razonamiento, la imaginación, la asociación, la creatividad, teñidos todas por la afectividad, la motivación que es el motor en nuestras vidas.

Por lo tanto en los talleres trabajamos sobre todos estos aspectos haciendo ejercicios, juegos, lectura y comentario de artículos, etc.

Mi experiencia coordinando talleres me permite afirmar que los mismos aportan otros beneficios que no son de menor importancia, se conforman grupos, se conocen pares, se establecen nuevos lazos y con ellos se obtienen respuestas a una de las grandes problemáticas de nuestro tiempo y de este período de la vida en particular como es la soledad.

También se redescubren posibilidades, capacidades que se creían perdidas y en realidad estaban desatendidas o adormecidas.

Las expectativas del tiempo de vida han aumentado, lo cual constituye un nuevo desafío, y es necesario en muchas ocasiones replantearse el sentido de la vida, reconectarse con el deseo, tener nuevos proyectos, ya que a esta altura hay varias situaciones que se han modificado, duelos normales que se han atravesado (hijos que crecen y se van del hogar, el trabajo, si uno se ha jubilado o pérdida de seres queridos).

Veo en el trabajo con los talleres que estos constituyen un espacio que les permite a muchos canalizar estas inquietudes, por eso mi propuesta y ofrecimiento para seguir apostando en este sentido.

* Psicóloga Mat. 1522, 4258286. En Fundación "Hecho con arte".