El sistema de tarjetas magnéticas, cuando fue implementado en 1993 en las líneas de la entonces empresa "Martín Fierro SA" (hoy fusionada en "Rosario Bus"), implicaba una forma alternativa de pagar el pasaje, un criterio comercial lógico: las tarjetas representaban cantidad de viajes y no un "crédito a cancelar", un abaratamiento en el costo del transporte (el boleto estaba a $0,33 y las tarjetas que comercializaba la empresa permitían acceder al derecho de 10 viajes a un costo total de $3, o sea, $0,30 por viaje).

Hoy se nos sanciona por buscar formas alternativas de viaje (el "boleto ocasional" es un castigo obsceno: ¡nos hacen pagar más caro por brindarle dinero contante y sonante a las empresas!). Pero irónicamente, se nos sanciona por utilizar el medio principal, dado que en cualquier transacción comercial normal, si uno paga por adelantado el precio del producto o servicio, dicho anticipo congela el precio, cosa que no ocurre con las tarjetas de colectivo; el servicio nocturno se resiente pero el precio que se paga es el mismo; la única ventaja está dada por la posibilidad de adquirir tarjetas "equivalentes" a 6 viajes (pero que se convierten en tarjetas de "5 viajes y medio" o "5,33 viajes" cuando cambia la tarifa de transporte urbano); si no hacemos uso del "crédito" en 6 meses, perdemos lo invertido.

Además, en perspectiva histórica, la "ventaja" de las tarjetas de 6 viajes ha disminuido constantemente a lo largo del tiempo, si tenemos en cuenta que, cualquiera que fuese el costo del pasaje, la "ventaja" para el pasajero siempre fue pagar 5 centavos menos. Los usuarios pagamos por adelantado (o sea: ¡antes de viajar!), con lo cual los empresarios y la Municipalidad cuentan con el dinero aun antes de prestar el servicio; ese anticipo que hacemos no congela precio; tenemos cada vez menos ventajas quienes optamos por las tarjetas de viajes múltiples; no contamos con un beneficio específico para quienes utilizamos constantemente el sistema urbano de transporte (apoyo la idea de Boasso de la tarjeta de 50 viajes a $50); y como los viajes que compramos los empresarios y la Municipalidad no los reconocen como "viajes" sino como "crédito a cuenta de viajar", cada vez que cambia la tarifa del boleto, tenemos que estar lidiando con un sistema engorroso, que demora el acceso a las unidades de transporte, en donde a las tarjetas les van quedando "salditos" que generan incomodidades para ser utilizados.

El oligopólico sistema de transporte urbano de pasajeros de Rosario hace pagar las ineficiencias empresariales a los pasajeros. Por poner dos ejemplos: 1) Si la canceladora "rechaza" la tarjeta, nos ofrecen un ticket que reza textualmente "falla tarjeta"... ¡aunque esa misma tarjeta pueda funcionar con normalidad en otra canceladora de otra unidad de la misma línea! 2) Los estudiantes que pagan "medio boleto" tienen que esperar a que el chofer active la secuencia para "marcar" la tarifa escolar (con el consabido e irritante repiqueteo de la máquina canceladora y las demoras para subir al colectivo).

Creo que sería mucho más simple si a) Establecemos una tarjeta "inteligente", recargable, en lugar de las incómodas "descartables" (además de las ventajas ecológicas de contar con menos pasta de celulosa utilizada en la confeccion constante de nuevas tarjetas, y habrá menos basura en las calles); o b) Hacemos que el sistema vuelva a sus orígenes, aunque esto represente una "desventaja" para los empresarios: las tarjetas representan viajes, no "pesos para viajar". El hecho de haber pagado por adelantado tiene que garantizarme un número mínimo de viajes, sin importar la tarifa que yo haya pagado. Si yo compro una tarjeta de 6 viajes y antes de terminar de utilizarla, la tarifa cambia... que el empresario soporte el riesgo comercial de cobrar por anticipado. Así ocurre en cualquier transacción comercial sensata. Pero de acuerdo a la sensatez capitalista periférica, el que siempre sale perdiendo es el usuario.

Por último ¿sería mucho pedir que los concejales comiencen a utilizar, para trasladarse, el sistema de trasporte urbano de pasajeros? Así, creo que lo pensarían dos veces antes de conceder un aumento de manera tan graciosa.