Domingo, 7 de mayo de 2006 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLITICO
Por Pablo Feldman
El aumento de las dietas de los senadores provinciales -que según el caso van del 35% al 60%- es una afrenta al pueblo de Santa Fe. Los que tienen trabajo en relación de dependencia -y ni hablar de los trabajadores en "negro"- asistieron a lo largo de las últimas semanas a las negociaciones, no exentas de medidas de fuerza, que en diferentes gremios tuvieron como corolario un incremento salarial que en ningún caso superó el 20%. La aplicación de la "ley de enganche" posibilita que los representantes departamentales incrementen en varios miles de pesos sus ingresos a partir del sueldo que liquidaron el viernes pasado. Salvo las honrosas excepciones que constituyen las socialistas Patricia Sandoz -de Rosario- y Marta Nardoni -de Garay- que rechazaron el adicional, el resto de los senadores pasará por caja a partir de mañana. Lo mismo hará la Presidenta del cuerpo, la Vicegobernadora María Eugenia Bielsa. Ni siquiera el gesto de sus pares de la Cámara de Diputados -que rechazaron por unanimidad el aumento- hizo recapacitar a los Senadores que buscaron diferentes excusas para justificar el privilegio. Se puede decir que se adoptaron "conductas de bloque": Salvo algún desconocido brote de conciencia cívica, los 15 peronistas y los 2 radicales van a cobrar, las 2 socialistas, como se dijo; no. Habrá que ver de qué manera impacta este episodio sobre las conversaciones que se llevan adelante de cara a los comicios del año que viene, sobre todo en la oposición que pretende "cambiar las prácticas políticas", según dijo Hermes Binner. El principal interlocutor por el radicalismo es nada menos que el Presidente del partido, Felipe Michlig -de San Cristóbal- que sin ponerse colorado embolsara su nueva dieta.
"No tuvimos tiempo de fijar una postura dentro del bloque, la semana próxima vamos a debatirlo", dijo a Rosario/12 Alcides Calvo del departamento Castellanos. Lo cierto es que a todos los senadores se les ha liquidado con el aumento, pero dos integrantes del cuerpo ya adelantaron que lo retornarán a rentas generales.
La Vicegobernadora Bielsa -que aceptó cobrarlo- dijo que tiene la obligación legal de aplicar el incremento, y frente a eso, ningún peronista ni radical se ha manifestado en el sentido de rechazarlo. Más aún, algunos de los beneficiarios se ampararon en el argumento esgrimido por Calvo, como si hubiera efectivamente algo que debatir.
Más allá de cualquier otro tipo de consideración, los diputados tomaron la determinación política de no ofender al pueblo que representan aceptando un aumento que duplica en porcentaje y decuplica en monto de la mejora que percibirán la mayoría de los trabajadores, tanto de la esfera privada como estatal. Se esperaba, entonces, que los senadores hicieran lo mismo, pero para sorpresa de algunos, los representantes departamentales se hicieron los distraídos, no trataron el tema y automáticamente pasarán a cobrar con la nueva liquidación. En ese sentido la Presidenta del cuerpo asumiendo los costos políticos reconoció que cobrará el aumento y hasta justificó la medida.
En este punto hay que decir que nadie pretende que quienes revisten cargos de tamaña responsabilidad no tengan buena remuneración. Lo que se cuestiona -entre otras cosas- es que se haga a hurtadillas, a partir del "enganche", y se plantee el caso como el cumplimiento de la ley.
Frente a la opinión pública la imagen de los cuerpos colegiados es realmente mala. Hechos como el que se está narrando no hacen más que empeorarla. Más aún cuando se reviste de legalidad una determinación que va en contra del sentido común. Si los Senadores creen que deben ganar más de 6000 pesos (eso es lo que reciben, más subsidios y gastos) deberían decírselo a sus conciudadanos y argumentar en esa dirección. Pero no es lo que han hecho, y tampoco lo harán en el futuro.
Será interesante ver y escuchar de aquí en más las intervenciones de cada uno de ellos, sobre todo las de los opositores -Michilg y Carlos Fascendini- que se llenan la boca hablando de la "vieja política que hay que cambiar", o "de las practicas del peronismo que llevan más de 20 años hundiendo a Santa Fe". ¿Podrá volver el senador Michlig a Ramona, a la Fiesta Provincial de los Ravioles -donde fue el orador de fondo años pasados-? Y habrá que estar atentos también a la conducta de los "socios", cuyas senadoras rechazaron el aumento. ¿Le dirá algo Binner a Michlig, cuando se sienten a proyectar "la nueva política"?
El PJ lo resuelve sin acomplejarse, cambiando la letra de la "marchita" cantando "todos unidos cobraremos", y aplicando la máxima del General; "la política se hace con los muchos, no con los buenos".
Lo que no dijo Juan Perón -pero seguramente lo pensaba- es que entre los muchos alguno bueno tendría que haber.
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