"Cuando el Estado no llega para cumplir con las necesidades, en este caso en materia de salud, están los vecinos que con el instrumento de la solidaridad y de la organización tratan de hacer del barrio siempre algo mejor", dijo el sacerdote franciscano Joaquín Núñez cuando el viernes por la tarde se inauguraron dos consultorios odontológicos en el Centro Comunitario El Progreso, de Abanderado Grandoli 3765. Esos consultorios llevan el nombre de Joaquín, un homenaje que los vecinos quisieron hacerle por su trayectoria y su aporte permanente al trabajo comunitario, además de que donó uno de las camillas para el proyecto que se impulsa con la consigna "Por una sonrisa digna". Esa consigna contiene la concepción acerca de que la prestación de salud, la odontológica en este caso, debe estar dirigida a un sujeto universal -los habitantes de la zona- con el derecho de acceso a la atención que a menudo se vuelve un objetivo alejado de las posibilidades populares.

La expresión "Por una sonrisa digna" no tiene que ver con el anuncio publicitario de ninguna crema dental, pero sí con una idea-concepción en cuanto a política de salud y acerca de cómo brindar atención a una zona carenciada como es la que se mueve alrededor del Centro Comunitario El Progreso de Grandoli al 3.700. El odontólogo Roberto Nannini quien motorizó el proyecto desde hace algo más de un año se plantea que en el centro comunitario no sólo hay que aliviar el dolor que producen la falta de atención y de control sistemático sino que en el proyecto está que cada persona pueda recuperar sus piezas dentarias, algo que no es común que suceda en los ámbitos públicos o comunitarios por los costos que tienen esas piezas. "Una de las cosas que más me preocupa y angustia es el acostumbramiento al dolor, casi como una aceptación de algo que se ve como natural entre los vecinos del barrio", dice Nannini, y la otra inquietud tiene que ver con la necesidad de ocultamiento que niños pequeños, adolescentes y adultos hacen de su boca para que no se vea la falta de parte de la dentadura, uno de las rasgos visibles del descuido asociado a la pobreza, la exclusión y la falta de posibilidades de atención en la materia. De allí que la inauguración de dos consultorios en El Progreso fue toda una fiesta, con la presencia del cura Joaquín Núñez, del decano de Odontología Darío Macía, de la diputada provincial Verónica Benas y del flamante presidente del ARI a nivel provincial, el dirigente social Alberto Muñoz.

Ismael Flores es un conocido vecino del barrio y presidente del centro y Ana María Sosa la secretaria. Ellos trabajan hace casi 16 años en la zona y desde algo más de dos están en la sede de Grandoli al 3.700.