Entrando a los últimos 20 días de campaña se advierte una "calma chicha" que bien podría mantenerse hasta el día del comicio, o en todo caso ser lo que preceda la tormenta. En los últimos días, los acontecimientos entorno a la maleta con dólares que portaba un ciudadano venezolano, derivó en un escándalo que hasta el momento le costó la cabeza a Daniel Uberti, el encargado de los peajes -en el más amplio sentido de la palabra- y de las relaciones "informales" con Venezuela. El ex-funcionario, que asomó a la política en Santa Fe, se marchó al sur después de algunos problemas con derivaciones judiciales y allí se relacionó con Julio De Vido, cuya renuncia piden a coro desde todos los sectores de la oposición.

La peculiar interpretación de los hechos que salió desde el gobierno hizo -entre otras cosas- que el bloque de diputados nacionales del Frente para la Victoria impusiera su mayoría al rechazar un pedido de informes que la oposición solicitó mientras el escándalo crecía. Resulta curioso que quien quiera "debatir" se niegue a que se informe nada menos que el Parlamento sobre un hecho de corrupción que está lejos de aclararse. Más aún, testigos de discusiones en el bloque oficial sostienen haber visto al Presidente de la bancada furioso con lo sucedido. Agustín Rossi, tuvo que "defender" el no tratamiento del suceso mientras arreciaban las versiones que los dólares eran para la campaña. Hasta el Intendente de Venado Tuerto, Roberto Scott la emprendió contra colegas de medios porteños a partir de otros corrillos que lo relacionaban con Uberti. Que se sepa no utilizó la frase "campaña sucia", pero le pasó cerca.

En la Jefatura de Gabinete, había preocupación, pero no tanto como en el parlamento. Seguramente porque la intención de voto de Cristina Fernández no decayó tras el "valijazo". No obstante las relaciones con Venezuela -casi exclusivamente cuestionadas por la derecha- han comenzado a ser consideradas con menor indulgencia.

En la provincia, en tanto, cada cual atiende su juego. El cierre de listas para la elección de diputados nacionales mostró que el Frente para la Victoria será "atendido por sus dueños". Así pues, Jorge Obeid se ubicó al tope de la nómina, Agustín Rossi puso al hermano, y Héctor Cavallero puso a su mujer. En el cuarto lugar aparece Gustavo Marconato, amigo del Presidente Kirchner y en quinto lugar Walter Agosto que se entusiasma pensando que su jefe le dejará el lugar cuando sea designado Embajador en Cuba.

Como se anticipó en esta columna hace un par de meses, en el PJ se está viviendo el posreutemismo, pero con una velocidad propia del piloto en los circuitos internacionales. No hay en la lista de diputados ni un atisbo de reutemismo. "Ni siquiera lo llamaron por teléfono para consultarlo", se lamentaba un dirigente rosarino que no perdió sus esperanzas hasta último momento. Lo cierto es que más allá de algunas fotos, y apariciones públicas junto al candidato, el Lole no participa de la vida política en Santa Fe, y según las previsiones de su séquito "eso se va a notar en las elecciones". Otro detalle evidente, aunque menos sorprendente, es que no hay ningún referente del "bielsismo" si es que en un par de meses se puede establecer esa categoría. Lógicamente, y como lo dijo "el General", si el 2 de setiembre el diputado por la Capital Federal resultara electo Gobernador de Santa Fe, todos pasarían a ser "bielsistas" inclusive antes que peronistas.

Pero la derrota de Bielsa no sólo ubicaría al hermano del DT de la selección de Chile en la historia -sería la primera vez desde la aparición del peronismo que pierde una elección para Gobernador- sino que obligaría al PJ a un ejercicio político desconocido: Construir desde afuera del poder. En ese marco, el reutemismo residual tendrá que reubicarse, porque no va a alcanzarle con el latiguillo "Obeid no le pasó la banda a otro peronista". El Gobernador, sea cual fuere el resultado de setiembre tendrá su elección en octubre. Más aún, Jorge Obeid era único ciudadano santafesino que no podía ser candidato -a diferencia del Lole que no quiso ser-. "El candidato de Obeid era Reutemann y el Lole no quiso jugar, apareció Bielsa que fue ratificado en la interna, al Turco le podrán decir algo si no gana en octubre", sostiene un colaborador del Gobernador con una lógica inusual dentro del PJ.

En el Frente Cívico, en cambio, Hermes Binner parece desentenderse de la elección del 28 de octubre. Tiene una buena razón, que dejará de serlo el 3 de setiembre. Pasada la elección del Gobernador, y aún cuando la lista esté cerrada, está claro que la actitud del dirigente socialista será una si ganó y otra si perdió. Pero no ya en relación a la nómina de diputados -que al día de hoy encabezaría Susana García del ARI, un casi desconocido dirigente del PS de apellido Barrios, de la ciudad de Santa Fe, un demócrata progresista en tercer lugar y un radial cuarto- sino a la fórmula presidencial que por estas horas Ruben Giustiniani querría integrar como segundo de Elisa Carrió. Para ello, el Senador Nacional está realizando gestiones sin considerar que la fuerza que preside -aún atomizada- está a las puertas de un hecho histórico, que podría consagrar al primer Gobernador socialista de historia. Razonablemente estará preocupado porque la intención de voto de la hipotética fórmula que integraría no llega a dos dígitos al día de hoy, y si encima ganara Binner, con qué aval se presentaría a la reelección de su banca en la Cámara alta.

Todas esas especulaciones, y otras que no se conocen, conforman un microclima que en la últimas horas ha distorsionado los parámetros habituales de las campañas donde los del mismo uniforme tiraban para el mismo lado. Hoy se puede ver cómo un candidato le suelta la mano a su referente en una ciudad importante para tratar de seducir a quien encabeza las encuestas en ese distrito, o como dijo un viejo dirigente sindical "aparecen los que te mandan a pelear y ni te sostienen el saco". Pero cada vez falta menos, y -una vez más- como dijo "el General": La única verdad es la realidad.