En pocos días más se cumplirán cuatro meses de la muerte de Néstor Salto por las quemaduras que sufrió mientras estaba encerrado en una de las celdas del Instituto de Rehabilitación del Adolescente Rosario. Para este hecho terrible en el que el peso de la responsabilidad está puesta en el Estado provincial que lo encerró para 'protegerlo', todavía no hay imputados ni procesados. En la causa hay numerosos testimonios, algunos de ellos contradictorios, sobre todo en cuanto a quien tomó la conflictiva decisión de llevar al chico al pabellón A, donde murió y adonde había dicho expresamente que no quería ir por 'problemas de convivencia'. La directora Laura Bevilacqua declaró que fue el jefe de operadores Claudio Catalano quien tomó la decisión mientras Catalano señaló que recibió de ella la indicación. La Coordinadora de Trabajo Carcelario convocó para el miércoles próximo a las 18, en La Toma (Tucumán al 1300), a la reunión que se hará para preparar un acto frente al edificio de los Tribunales provinciales con el reclamo de que se haga justicia.

Muchos hechos llaman la atención. Entre ellos, lo que se considera como una alteración del libro de guardia respecto de la entrada del chico al IRAR y que cuando el cuerpo del joven se estaba quemando -no fue un accidente sino que hubo participación humana según la pericia de Bomberos Zapadores-, había en el lugar sólo 2 operadores, el teléfono no andaba y no había luz en la celda. Respecto del colchón -que en esos lugares se utilizan los llamados ignífugos-, el que tenía Néstor se incendió y se adhirió a su piel. Otra situación llamativa: la metodología del 'oficio unico' que existe sólo en Rosario por el cual hay funcionarios provinciales que pueden ordenar el traslado de los jóvenes sin que medie la autorización de un juez de Menores.

Néstor Salto había sido detenido con 16 años acusado de ser una de las personas que participó en el asesinato del joven Luciano Drovandi, en Pellegrini y Provincias Unidas, si bien ese cargo no se le pudo probar hasta el momento de su muerte. Salto fue llevado al IRAR de donde se escapó en marzo pasado y otra vez fue detenido, por orden del juzgado de Menores Nº 2, dos días antes de su muerte y alojado en la seccional 1ª. De allí fue sacado el 18 de abril por la decisión del coordinador de la Dirección Provincial de Menores en Conflicto con la Ley Penal Gustavo Arismendi para que continúe con su detención y tratamiento, según dijo tiempo atrás a Rosario/12 la directora Elba Ballore. Ballore misma admitió que se trataba de un eufemismo hablar de 'tratamiento' cuando el lugar había sido denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por las degradantes condiciones de detención de niños y adolescentes.

Néstor llegó al IRAR alrededor de las 3 de la tarde. Sin embargo también las anotaciones del libro de guardia son contradictorias con lo que se expresa desde la comisaría 1ª. Fueron más de tres horas en que la presencia del chico no fue registrada y sus familiares sostienen que estaba muy golpeado.

El testimonio de uno de los operadores de asistencia, quien es enfermero profesional narra la magnitud del horror que se vivió esa noche: Salto estaba en el sector de admisión pero como se lo escuchó hablar con sus hermanos que estaban afuera alguien decidió trasladarlo 'por razones de seguridad' al sector de pabellones. Uno de los puntos es esclarecer quien decidió ese traslado.

Anteayer por la mañana Laura Salto, la madre de Néstor, recordaba que los amigos del chico de los sectores B,C y D pedían a los gritos que Néstor fuera allí. Sin embargo fue llevado al A, justamente donde él pedía especialmente no ir porque tenía problemas de convivencia con los internos del lugar.