Domingo, 16 de abril de 2006 | Hoy
Así lo entiende el presidente de la Cámara Argentina de
Distribuidores y Autoservicios Mayoristas, Alberto Guida.
"El negocio de proximidad se queda con el 65% de la torta".
Por J.M.
Alberto Guida es rosarino, tiene 50 años, treinta de los cuales vivió en esta ciudad. Esta semana regresó a Rosario, pero como presidente de CADAM Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas, para llevar adelante la Primera Jornada Federativa del Litoral, que tuvo como objetivo capacitar a los representantes del sector en esta región que atienden a los denominados "negocios de proximidad". "Este sector minorista ha venido recuperando una porción importante del mercado que disputa con las grandes superficie de ventas, es decir los hipermercados. Hoy en el rubro alimentos y los no perecederos el negocio de proximidad se queda con casi dos terceras partes de la torta: un 65 por ciento del total", apuntó Guida, quien no dudo al comparar el nivel de precios que deben pagar los habitantes de esta urbe para alimentarse. "Comer o ir al autoservicio es más barato en Rosario que en Buenos Aires", apuntó.
-Fruto de la difusión del acuerdo de precios y la conformación de los costos de los mismos, los consumidores se han convertido en especialistas y es pública la discusión de cada uno de los puntos del porcentaje que sobre el precio de venta se lleva cada uno los eslabones de la cadena de comercialización. ¿Cómo analiza este punto desde su sector?
-Bueno, no hay mal que por bien no venga y creo que el proceso post devaluación fue determinante en el hecho de este famosos 3 a 1 con el dólar. Indudablemente las grandes estructuras supermercadistas en función de la cantidad de personal que requieren, por la cantidad de horas de servicio, en otros puntos, tiene una base de costos con una facturación de costos de metros cuadrados que hoy no se está logrando. Esto significa un deterioro de la rentabilidad de las grandes superficies y una pérdida de competitividad de las grandes superficies. Como contrapartida de esto diría hoy por hoy que el negocio de proximidad ha recuperado el reconocimiento del consumidor en cuanto al mix de productos, en cuanto al servicio y fundamentalmente en cuanto a la posición de precios porque hoy por hoy está prácticamente en una condición similar a la de una gran superficie en muchos casos competitiva y esto se da por dos elasticidades diferentes: una es porque en realidad el dueño o los dueños de los negocios de proximidad trabajan en base a un margen que se da en base a un precio proporcional de producto y es bajo el nivel de compromiso de salario que tiene con el personal, y por otro lado una estructura muy liviana que tiene el distribuidor mayorista. Esto es porque entre otros puntos tiene un nivel salarial gerencial bajo por la estructura en si misma. Entonces eso transforma la estructura en una forma muy eficiente y le permite a un minorista con un 25 por ciento de marcación conformar en toda la cadena un 40 por ciento, con una doble imposición de ingresos brutos contrariamente a lo que sucede con los supermercados, que tiene categorías de productos que las está marcando con un 35 por ciento o un 40 por ciento de ganancia porque si no, no le cierran los números. Entonces competitivamente estamos en igualdad de condiciones.
-¿Qué porcentaje de ventas del mercado tiene su sector?
-El porcentaje de ventas ha sufrido por este proceso post devaluatorio una transformación enorme. Si consideramos alimentos y no perecederos que es donde realmente nos comparamos, dejando de lado el rubro textil, ni electrodomésticos ni bazar, el 65 por ciento del consumo lo maneja el negocio de proximidad y el 35 por ciento las grandes cadenas, esa es la relación .
-El gobierno nacional está -por ahora- esbozando un mercado directo que permita que los productores puedan vender directamente a los consumidores. La idea es llegar a sectores medios bajos, y la primera experiencia podría ser en el sur del Gran Buenos Aires. Incluso la Federación Agraria Argentina ya adelantó su apoyo. Desde su sector, ¿ la entiende como una salida viable, como una competencia o entiende que puede ser una solución en la pelea por abaratar los precios?
-Lo vemos positivo. En este aspecto el gobierno está teniendo una buena orientación justamente hemos escuchado a la vicegobernadora Maria Eugenia Bielsa, sobre el efecto de los planes sociales en Buenos Aires que se está entregando por dinero para la compra, y esto se comercializa en los negocios de proximidad. Entendiendo que dentro de la estructura de la distribución de la riqueza, ese 40 por ciento que demanda este tipo de necesidades trabaja sobre los negocios de proximidad porque este sector no tiene vehículo para trasladarse, entre otros puntos. Creo que hay una orientación y una necesidad de mejorar la redistribución de la riqueza.
-¿Qué opina como consumidor del acuerdo de precios?
-Como consumidor debo decir que el INDEC no me cerró nunca con el bolsillo y esto se da por los distintos ítems que considera el INDEC que no lo hace en una canasta básica, y que genera una diferencia con el bolsillo. Pero por otro lado todos estos convenios de precios de productos que se han dado con la industria sobre los cuales hemos asumido la responsabilidad de trasladarlos, también tiene una previsión de revisión cada 60 días. Ahora no necesariamente todos los productos dentro los convenios son los que se producen. Hay un grupo que está en los convenios, con lo cual el resto de los productos han sufrido aumentos, y está sufriendo aumentos y seguirán sufriendo aumentos. Creo que si lo pienso especulativamente veo un proceso de compensación, y si lo pienso en forma realista veo que el aumento del gas tiene un impacto directo en la producción. El gas es uno los insumos básicos de la producción, pensemos que aumentó entre un 15 y un 20 por ciento para la industria reatroactivo a julio en ocho cuotas, es decir un 30 o 40 arriba. Entonces un elemento básico de la producción como en el caso del pan donde los hornos son a gas, es de impacto directo. Y por otro lado si uno suma ahora estos ajustes salariales de los distintos convenios de trabajo, que bajo ningún punto de vista uno puede considerarlos injusto, son necesarios, pero tiene distintos niveles de impacto. Y justamente por esto tiene un impacto alto negativo en el canal de supermercados, porque hay estructuras de grandes cadenas con 25 mil empleados, que van a tener un impacto grande en sus estructura de costos y en esa realidad, competitivamente salimos beneficiados.
-¿Cuáles son los niveles de precios que tiene Rosario, comparados con otros lugares del país?
-Comparativamente con Buenos Aires, sin dudas Rosario es más barato.
Comer en Rosario es más barato, ir al supermercados en Rosario es más barato, ir al negocios de proximidad en Rosario es más barato. Creo que se da una característica particular, porque ha habido un proceso de transformación muy grande desde lo comercial hasta lo político, particularmente soy rosarino y viví treinta años en Rosario y veinte en Buenos Aires, tengo amigos aquí y me repiten a diario que nunca han visto a esta ciudad así, de este modo.
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