Domingo, 16 de abril de 2006 | Hoy
CIUDAD › EN EL CHACO HAY 60 MIL POTENCIALES MIGRANTES HACIA ROSARIO
Los líderes de los pueblos indígenas del Chaco y Misiones buscan
crear un programa para que las familias puedan "quedarse en sus
lugares y no estén obligadas a migrar en busca de algo con qué vivir".
Por Alicia Simeoni
El intendente Miguel Lifschitz acordó con la Coordinadora de Pueblos y Organizaciones Indígenas de la Región Chaqueña y Misiones (COPIRECHA) gestionar ante el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación un plan de acción que vaya más allá de las posibilidades municipales y que integre acciones nacionales y de las distintas provincias en el diseño de políticas públicas de contención, protección y observancia de los incumplidos derechos sociales y jurídicos de los aborígenes argentinos. Orlando Charole, presidente de COPIRECHA, dijo a Lifschitz que en el Chaco hay 60 mil personas que integran los pueblos originarios -de las comunidades toba, wichí y mocoví- en situación de extrema vulnerabilidad y por lo tanto potenciales migrantes que huyen de la pobreza y de la marginación extrema. Charole espera reunirse el próximo miércoles con el gobernador Jorge Obeid en el norte santafesino, para reclamarle también su gestión ante la Nación para que exista lo que "hasta ahora nunca hubo" -dice- un programa integral de contención que permita a las familias aborígenes "quedarse en sus lugares y no estar obligadas a migrar en busca de algo con qué vivir". Charole señaló que Rosario es el destino "preferido" a la hora de las migraciones y acordó con Lifschitz en que se debe "despartidizar el problema".
Lifschitz recibió la semana pasada a los integrantes de la COPIRECHA. Las expresiones del intendente durante la inauguración de las sesiones ordinarias del Concejo fueron tema obligado y, cuando quedó descartado cualquier intención discriminatoria (ver aparte), los dirigentes aborígenes plantearon la extrema preocupación porque en el Chaco hay 60 mil integrantes de las comunidades en situación de "extrema vulnerabilidad y que son potenciales migrantes, hacia otras ciudades del Chaco y Santa Fe", dijo el intendente.
Charole comentó a Rosario/12 desde su lugar de vivienda en el barrio toba Nocayé, de la ciudad de Juan José Castelli, ubicada a unos 300 kilómetros de Resistencia que "casi no existe diálogo" con el gobernador del Chaco, el radical Roy Nikisch, y que el contacto con Lifschitz y el que esperan tener con el gobernador Obeid el 19 de abril -de acuerdo a las gestiones que hicieron ante el representante de la provincia ante la Dirección Nacional de Asuntos Indígenas José Luis Benaglia- pretenden buscar esfuerzos en común para plantear, también junto al gobierno de Formosa, la necesidad de que del Estado nacional diseñe un programa de atención y contención con el que tiene una deuda histórica.
"Hay que dejar de lado falsos nacionalismo o provincialismos, esto no es sólo un tema de la provincia del Chaco, de Santa Fe y de la ciudad de Rosario en particular, por eso coincidimos en la preocupación por buscar programas integrales", dijo Lifschitz. De la información que le brindaron los integrantes de la Coordinadora de Pueblos y Organizaciones Indígenas de la Región Chaqueña y de Misiones surge que el reclamo no es por tierras. "Tienen extensiones que les fueron cediendo pero no cuentan con el apoyo para la compra de equipamiento y tecnología que les permita el trabajo y la obtención de ingresos suficientes para que las familias ligadas a las practicas rurales puedan tener una buena calidad de vida manteniendo su cultura, sus costumbres y sin tener que desarraigarse", comentó el intendente a este diario.
Lifschitz señaló que la "sensación que se tiene desde la Municipalidad es que las migraciones se incrementaron en los últimos tiempos, por eso planteamos que si bien tenemos las mejores intenciones en cuanto a la integración, los pobladores llegan con muchas necesidades de atención alimentaria y de salud y advertimos que no tenemos las condiciones presupuestarias para brindarles una vida digna. Por eso acordamos en que debe existir una política nacional que contenga a los pueblos indígenas y que tengan acceso a sus derechos".
La queja de Orlando Charole fue también porque los aborígenes argentinos no fueron recibidos por el presidente Néstor Kirchner a pesar que -dijo a Rosario/12- cuando su esposa Cristina Fernández visitó Chaco le pidieron audiencia. "El Presidente se reunió con la CGT, con los empresarios, con distintos sectores sociales pero no lo hizo con los aborígenes. Queremos tener confianza en que lo hará y se diseñará un plan o programa especial, tal como lo necesitamos para que se cumplan nuestros derechos contenidos en la Constitución nacional y en los pactos internacionales. La problemática de los pueblos indígenas debe tomarse como una cuestión de Estado".
Charole comentó que "los hermanos indígenas fueron alentados desde hace 20 o por lo menos 17 años atrás por sus parientes que fueron a Rosario, el que parece ser el destino que más atrae porque en la situación de pobreza que tienen, allí encuentran algo de contención" y recordó que ellos tienen registrados unas 500 familias que salieron de la zona de Castelli "y todas fueron hacia allá. Debe haber más de 2000 familias en Rosario". Después contó que en los últimos años unas 70 u 80 fueron a la ciudad de Santa Fe. Ahora el interés de la coordinadora está en aunar criterios con los distintos niveles del Estado "para contener a las familias que todavía no se han ido" y también para cohesionar esfuerzos de manera de dar atención a las que ya están radicadas en las grandes ciudades.
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