Domingo, 9 de marzo de 2008 | Hoy
Por Alicia Simeoni
"Senado abierto, 7 de marzo, Jornada de Mujeres en la Vida Política". El mensaje que se repitió a través de una pantalla desde el viernes a la mañana y hasta la media tarde en el recinto de la Cámara Alta, en Santa Fe, tuvo como motivo el Día Internacional de la Mujer y como escenario todas las bancas y espacios ocupados por una variada población femenina en un encuentro que sirvió para la reflexión, el debate y el reconocerse en problemas comunes. Como dijo la filósofa Diana Mafia, a cargo de la conferencia de cierre, "cuando la inteligencia y la emoción se unen se puede disfrutar del pensar en todo lo que queda por llevar adelante". La lucidez de Maffía generó un acuerdo de aplausos pero los paneles anteriores también recibieron todas las muestras de aprobación: la 'magia' y el juego discursivo de la Ministra de Cultura e Innovación María de los Angeles González arrancaron un mix de expresiones y entusiasmo mientras que la solvencia y la claridad de la diputada socialista Lucrecia Aranda se expresó categórica cuando aseguró que "las mujeres en política seguimos siendo marginales, estamos en el borde, en los costados, representamos el estereotipo de lo femenino cuando como ciudadanas debemos aspirar a representar a todos, hombres y mujeres. La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Carmen Argibay describió la cara 'masculina' de la Justicia que no piensa en qué necesitan las mujeres. La vicegobernadora Griselda Tessio, presidenta del Senado, fue la artífice de la jornada en la que hubo miradas, palabras, rostros y la fuerza de las organizaciones del movimiento de mujeres en sus diversidades, reclamos, preocupaciones y complejidades. Un recinto que alberga tradiciones y expresiones casi feudales respiró un aire distinto en la invocación de la que sigue siendo una llaga social, la falta de igualdad ante la ley, la discriminación y el retraso en el ejercicio pleno de derechos: "No es lo mismo ser mujer que además ser mujer pobre" dijo Tessio en señal de compromiso de trabajo de quienes están en la función pública.
Tessio gusta recurrir a la historia y a la filosofía para desplegar cada tema. Así trajo el valor de Antígona, en la tragedia griega, cuando se reveló contra la omnipotencia del rey Creonte que le impuso la pena capital. Mientras tanto su hermana Ismene le recordaba que "no debemos olvidar que somos mujeres y como tales no podemos luchar contra los hombres". Tessio siguió con que hay muchas mujeres que circulan por la vida con profundos saberes que no están acreditados por el poder. "Está claro que no está resuelta la igualdad ante la ley, que las mujeres rurales, la de los sectores populares, las marginadas, las analfabetas, las que tienen que luchar por la alimentación de sus hijos, por el agua, la comida y la vivienda no son iguales al resto de las mujeres...Este es el compromiso de las que de alguna manera tenemos la posibilidad de impulsar cambios. Y construir ciudadanías para hombres y mujeres, que es una manera de construir democracia".
Carmen Argibay habló del rostro masculino de la Justicia y por eso dijo que se cree que las leyes no tienen ideologías ni tampoco género, porque la Constitución dice que hombres y mujeres son iguales, pero que no es así. Entonces se preguntó cuál es el impacto de esa misma Justicia sobre la vida de una mujer o de un hombre y puso como ejemplo a la Capital Federal con más de 10 millones de habitantes si se cuenta el conurbano son enseguida más de 17 millones. "Con la cantidad de problemas que hay para los casos de violencia se hace necesario que la víctima no sea enfrentada cara a cara con su victimario para lo cual se utiliza la técnica de la cámara Gesell. Y sólo hay dos. ¿Cuántos lugares para cambiar bebés tenemos en los edificios públicos?" dijo a modo de pregunta. Y siguió, "pero se reforman edificios o se construyen y no hay quien piense en las necesidades de las mujeres". Argibay también expresó que no hay una investigación seria sobre cuáles son los fueros a los que más acuden las mujeres no sólo los de familia, "ni de las necesidades que tienen" y abogó porque haya más mujeres en la Justicia, ya que tiene que existir la visión de los dos géneros.. De allí que después de recordar los consabidos 'chistes' y comentarios machistas respecto, por ejemplo, de las licencias de las mujeres durante la maternidad, afirmó que también los hombres "deben tener licencia por su paternidad, por lo menos durante el primer mes porque lo necesitan ellos, la mujer y el niño o niña recién nacido". Lucrecia Aranda iba a desarrollar un rato más tarde esa propuesta, la de la licencia por paternidad.
También tuvo algunos conceptos y reproches para la cobertura que hacen "la mayoría de los medios de comunicación de los casos policiales en los que los resultados son mujeres asesinadas" y recordó que cuando se dio despliegue al conocido como 'caso Roxana' tuvo tanto espacio "porque se trataba de un suceso en un barrio privado, con fuerte presentación de su vida íntima y todos los condimentos que hacen a su clase social". Por eso aseguró que cuando se habla de seguridad se hace referencia a la "seguridad del bolsillo" ya que en esa misma semana hubo siete mujeres muertas en la provincia de Buenos Aires por violencia doméstica "y ninguno de esos casos llegó a ser noticia. Ellas vivían en las villas, no en los countries y nadie trataba de buscar pistas del responsable ni de su vida privada".
Argibay compartió el panel con la ministra de la Corte provincial María Angélica Gastaldi y luego en el turno de las Mujeres en el Legislativo estuvieron Aranda y la concejala Adriana Molina, de Radicales por el Frente, que ocupa la banca desde diciembre pasado en la capital provincial.
Lucrecia Aranda, quien fue titular del Area de la Mujer en Rosario desde el año 2000 al 2003 y diputada provincial desde entonces aseguró que "también en la política seguimos siendo marginales, estamos muy en los bordes, en los costados" y para fundamentarlo citó tres argumentos: el que las mujeres no están en los "verdaderos" espacios de las mesas chicas de negociación; el hecho por el que se toma a las mujeres como representantes de las otras mujeres y no de toda la ciudadanía y en tercer término el desarrollo de la vida privada como "gran obstáculo".
"Cuando debe ir alguien a una reunión de 'mesa chica' va el varón, es él quien representa a un bloque, a un sector" dijo al tiempo que interrogó acerca de cuántas presidentas de bloques hay y en qué comisiones cuesta más participar, para responder luego que en la de Asuntos Constitucionales y Penales.
"Las mujeres en política también representamos el estereotipo, lo femenino...No somos idénticas porque pertenecemos a distintas clases, grupos étnicos, tenemos distinta formación. No representamos a todas las mujeres, pero aspiramos entonces a hacer valer nuestra condición de ciudadanas y a estar en estos lugares por hombres y mujeres". Cuando se refirió al gran obstáculo que significa la vida privada familiar sostuvo que "es cierto que los hombres colaboran un poco más que antes, pero es eso, colaboran" y citó que el INDEC comenzó a medir el promedio de participación de los varones en las tareas que incumben a la vida doméstica y familiar. Esa medición señala que el 80 por ciento está a cargo de las mujeres y que los hombres se ocupan sólo de algunas, por eso mencionó después propuestas para democratizar la vida familiar, tal el caso de la licencia obligatoria para los varones en el momento de la paternidad y una ley de jubilación que contemple los casos de las parejas que se separan después de tantos años de casados y en ese caso la mujer no percibe nada del beneficio jubilatorio. "Ese hombre pudo trabajar porque su mujer estuvo en la casa ocupándose de todos los quehaceres, por lo que es justo que exista una percepción equitativa", opinó.
Con María de los Angeles 'Chiqui' González estuvo la reciente designada directora de la Mujer, la trabajadora social Beatriz Fullone. La ministra de Cultura dijo que cuando llegó a ese lugar del Ejecutivo tuvo que preguntarse si ella tenía una forma femenina de "llegar a este sitio con tanta fe...La busco todos los días, aseguró, y los equipos la buscan. No se trata sólo de la igualdad que es mucho, sino que tiene que ver con el hombre y la mujer, porque también pienso en las mujeres que crían varones y también pienso en lo que viví como abogada en cuanto a la existencia de varones muy desestimados por una horrible idea de lo que es la independencia femenina: hombres que criaron hijas solos y cuando llegó la edad de la menstruación una asistente social les dijo que la o las chicas debían volver con la madre...También encontré a hombres sufrientes por estos estereotipos que se le pusieron a las mujeres y mujeres que los llevan adelante".
Para Chiqui González el del Ejecutivo es un "lugar difícil" en el que "si no se tienen compañeros, amigos y familia que acompaña te transformás en la 'vieja' de la pizza de las tres de la mañana en algún hotel de alguna ciudad extraña (Un rato antes había descripto los prejuicios y la subvaloración hacia una mujer que se sienta a tomar un café o a cenar sola)..No hay manera de tener un círculo de amigos o de vida sensual en estos lugares. Son 24 horas de trabajo y no sé si eso es conveniente para la vida, pero sí es un honor, porque justamente la vida es corta cuando hay tanto que hacer y que parece tener que ver con los demás, con la pobreza". Unos segundos después evocó la figura de Eva Perón: "yo no soy peronista, dijo, pero mal que le pese a muchos, ella quiso primero a los pobres, de lo contrario no se hubiese dado cuenta de la importancia del voto femenino".
Después retomó la idea de la vida en la política como el arte de convivir juntos: "Las mujeres de eso sabemos muchísimo, desde el afecto, desde la falta de estereotipos, de la igualdad, de ilusiones por una sociedad más justa". El recuerdo fue luego para todos los roles de las mujeres, la mitad o más de la humanidad, que hicieron "semejante tajo en la historia" y aseguró que "no es posible que no se mueva toda la humanidad, aún con grandes diferencias, deficiencias y atrasos...Se ha revolucionado el siglo XX y ahora tenemos que sistematizar un poder auténtico, de género y desde donde miremos la Tierra acompañando a nuestros hijos varones, a los hombres progresistas y siendo acompañadas por ellos. Ahora vamos a hacer la educación del siglo XXI".
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