Martes, 18 de septiembre de 2007 | Hoy
La semana que viene, los taxis que circulan por la ciudad deberán tener incorporado de manera obligatoria al menos un sistema de seguridad al interior de las unidades.
Por Guillermo Zysman
Dentro de ocho días todos los taxis que circulan por la ciudad deberán tener incorporado de manera obligatoria al menos un sistema de seguridad al interior de las unidades. De acuerdo a la ordenanza aprobada en marzo por el Concejo las alternativas son tres: luz de pánico, blindex separador entre pasajero y conductor o bien el control satelital GPS. Desde una de las cámaras que agrupan a titulares de licencias confiaron a este diario que la mayoría de los propietarios de las chapas eligió la primera opción "por ser la más económica y las más fácil de implementar". Ante la sensación de riesgo el taxista acciona la palanca situada entre los pedales y se enciende una luz al exterior del vehículo. Para el secretario general del Sindicato de Peones, Horacio Boix, la medida escogida "es ridícula e irrisoria. Para que funcione tiene que haber presencia policial sino, se enciende la luz y no pasa nada". El referente gremial fue más allá y advirtió que el sistema "puede generar situaciones de violencia si el delincuente detecta que se encendió la luz".
Hoy a las 10 los peones de taxis se reunirán en su sede sindical de calle Presidente Roca al 1700 para analizar la postura a adoptar ante los últimos dos hechos de violencia padecidos por afiliados al gremio (ver aparte), la caída en la actividad a raíz de los remises ilegales y las nuevas chapas y los mecanismos de seguridad que incorporarán las unidades.
"Son varios temas que nos tienen preocupados, porque trabajamos más horas, ganamos menos plata y lo hacemos cada vez más inseguros", resumió el titular del Sindicato. Los tacheros fueron convocados el viernes a las 11 a la delegación local de la gobernación a un encuentro con el subsecretario de Seguridad, Gustavo Peters, autoridades policiales y funcionarios de Servicios Públicos municipal. "Queremos adelantar esta reunión para mañana mismo (por hoy)", apuntó Boix.
Más allá del día, cuando se realice el cónclave, los peones plantearán su malestar ante la decisión mayoritaria de los propietarios de las licencias, quienes optaron por incorporar la luz de pánico como mecanismo de seguridad al interior de las unidades. Lo hicieron en el marco de la ordenanza aprobada por el Concejo el 21 de marzo pasado, cuando sancionó el último incremento tarifario y exigió la obligatoriedad de al menos uno de los tres dispositivos sugeridos.
Aquella norma fijó un plazo (120 días hábiles) para que los titulares de las chapas se adaptaran a la nueva normativa. El lapso mencionado se cumple el miércoles 26 de septiembre. "La mayoría de los taxistas, al menos quienes tienen una sola chapa se volcó por la luz de pánico porque es más sencillo de incorporar y más económico", admitió a Rosario/12 José Tornambé de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis (Catiltar) quien reconoció que la medida a implementar "a lo sumo desaliente un poco a los delincuentes pero no es la solución de la inseguridad".
Idéntico razonamiento, pero con más efusividad planteó Boix. "Lo de la luz de pánico es irrisorio y ridículo. Acá lo que falta es presencia policial, faltan los corredores seguros que funcionaron sólo dos meses. sin policías en las calles, aún con la luz de pánico encendida, de qué sirve si ninguna autoridad lo ve para poder actuar", razonó.
"Además -continuó- puede terminar siendo peor el remedio que la enfermedad. Si el delincuente detecta que el taxista accionó la palanca, puede terminar todo muy mal antes aún de que llegue la policía".
En ese marco los peones no descartan lanzar una medida de fuerza. "Es una de las alternativas", dijo Boix. "Estamos de acuerdo con el reclamo, no con el paro", se diferenció Tornambé quien desde Catiltar pedirá una audiencia con el propio intendente Miguel Lifschitz.
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