El intendente Miguel Lifschitz se metió ayer en la pelea entre el gobierno nacional y la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, al rechazar la "práctica condenable de descalificación" que efectúa el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y expresar su "solidaridad" con la ex candidata presidencial. Las declaraciones del jefe comunal causaron cierta sorpresa ya que las formuló días después de haber criticado precisamente a Lilita por su forma de construcción política, su excesivo culto al personalismo y su postura netamente opositora a la Casa Rosada. De todas formas, Lifschitz aclaró que su solidaridad con Carrió no implicaba estar "de la vereda de enfrente al Gobierno", en un intento por hacer un delicado equilibrio entre el kirchnerismo y la CC.

El gobierno nacional, a través de sus principales ministros, cuestionó la semana última los ingresos de Carrió, lo que provocó una dura réplica, cargada de ironías, de la ex candidata, que obtuvo poco más del 22 por ciento de los votos el 28 de octubre pasado.

Al referirse a este entredicho, Lifschitz aseveró: "No comparto los métodos de Alberto Fernández de descalificación", los que definió como una "práctica condenable. Desde ese punto de vista, me solidarizo con Carrió", expresó el intendente a una radio porteña.

El jefe comunal reconoció que tanto como él como el sector del socialismo que responde al gobernador electo Hermes Binner "tenemos diferencias en cuanto a los criterios, las formas, las metodologías de construcción política (con Carrió) pero no creo que esto nos aleje de la posibilidad de seguir teniendo coincidencias con ella".

Asimismo, indicó que ello tampoco debería colocar a los socialistas "en la vereda del enfrente del gobierno" ya que "es un lugar en el que nunca hemos querido estar. La tarea del socialismo no es de oposición salvaje al gobierno, sino de construir una alternativa de futuro", aclaró

La semana pasada el propio Lifschitz había tomado distancia de Carrió, tal como lo había hecho antes Hermes Binner. Ambos habían cuestionado a la líder de la Coalición Cívica no tanto por sus circunstanciales alianzas electorales -que la llevaron a sumar a las filas del ARI a dirigentes como Patricia Bullrich- sino más bien por su estilo de conducción política personalista y su oposición visceral al Gobierno.

Carrió relativizó esas críticas y al ser consultada sobre las últimas críticas de Lifschitz, respondió: "No voy a juzgar, que lo juzgue la sociedad. Respaldo a los gobiernos electos de Santa Fe y de Rosario. Alguien debe callar y lo voy a hacer yo porque mi función controlar gobierno nacional y no discutir con la oposición".

Al mismo tiempo Carrió dijo que de ella "no van a encontrar una palabra que implique confrontación" con ambos dirigentes socialistas, porque "no hace bien al país ni a Santa Fe, que nos quiere a todos: a Binner a Lifschitz y también a mí". De hecho en Rosario Carrió fue la candidata más votada en las presidenciales y en el total provincial perdió por apenas 25 mil votos contra Cristina Fernández de Kirchner.