La protesta de vecinos de Granadero Baigorria por el incumplimiento del acuerdo por un plan de obras públicas, alcanzado con la Municipalidad tras una mediación firmada en la Defensoría del Pueblo hace cuatro meses; provocó el efecto deseado. Ayer, máquinas y operarios aparecieron repentinamente sobre la maltratada Avenida Los Plátanos, en el barrio Los Naranjos, para comenzar los prometidos trabajos de reparación en la calzada, deteriorada por el paso de los camiones que trasladan arena.

Olga Rossi, una de las vecinas que participó en aquella mediación, fue la encargada de anunciar la reanudación de las tareas prometidas oportunamente. "Luego del acuerdo en la Defensoría, el único arreglo que hicieron fue poner escombros y tierra. Al poco tiempo la calle quedó nuevamente con unos pozos tremendos. Pero ayer (por el miércoles) algunas vecinas hablaron en la radio; después habló el intendente, amenazando con clausurar las areneras, y aparecieron las máquinas", indicó la vecina.

Justamente, el intendente Alejandro Ramos confirmó que el miércoles había intimado a las empresas para empezar los trabajos en 24 horas, y ayer se hicieron efectivos. Dijo que una parte del convenio se había cumplido con obras en la Costanera.

Sin embargo, todo se precipitó por la protesta de vecinos. Anteayer, dos de ellas fueron hasta la FM City y denunciaron el incumplimiento del acuerdo para la reparación y mejoramiento de las calles afectadas por el tránsito pesado. Horas más tarde, Ramos utilizó el mismo medio para advertirles a las empresas que si no empezaban las obras, "procedería a la clausura".

Ayer al mediodía, mientras los vecinos comenzaban a organizarse nuevamente para denunciar el atraso en las obras, Rossi levantó la persiana de la ventana de su casa -la misma por donde veía pasar unos 200 camiones por día- y comprobó que la escenografía había cambiado. La calle estaba llena de pozos, pero también divisó las maquinarias y a los operarios trabajando.

"Midieron y pasaron la bala para emparejar. Incluso, Juan de la Cruz, el dueño de la arenera De la Cruz y Rosas, estaba en la calle supervisando las obras", explicó la vecina, que se mudó a Granadero Baigorria hace algunos años, entusiasmada por mejorar su calidad de vida al instalarse en un "barrio residencial". Pero no tuvo en cuenta que a partir del auge de la construcción se intensificaría el desfile de camiones que rompían la calle, ocasionándole una serie de perjuicios.

Rossi comentó que desde 1998 venían reclamándole al municipio por el constante deterioro de las calles; con juicio incluido. "Desde entonces, nos propusieron hacer una comisión tripartita; entre los vecinos, el intendente y los concejales para resolver cómo se solucionaba el problema de las areneras en el barrio. Hicimos una reunión y después no apareció nadie, hasta que dijimos basta", rememoró.

Luego de varios reclamos e instancias judiciales; Ramos solicitó en febrero de este año la mediación al Defensor del Pueblo de la provincia, Carlos Bermúdez. Allí, las empresas areneras se comprometieron a aportar dinero para la reparación de las calles, además de entregar unas 350 toneladas mensuales de arena a la Municipalidad de Granadero Baigorria durante tres años, para la realización de obras públicas en la ciudad.