El río Paraná sigue bajando. Ayer, la marca estaba entre 1,15 y 1,20 metro, lo que significó que en el 60 por ciento de la superficie de balnearios estuviera prohibido bañarse. Mientras tanto, el director de Defensa Civil, Raúl Rainone, estimó que el sábado la marca será de 1,05 metro, lo que podría significar la prohibición de ingresar al agua en toda la costa. La escasez de lluvias en el inicio de la cuenca, al sur de Brasil, es el motivo de esta bajante, que se pronunciará. "Aunque llovió en esa zona, para que el agua llegue faltarán entre 10 y 15 días, así que la perspectiva apunta a que esto se agrave", confió Rainone. Además de afectar la recreación de miles de bañistas, la bajante complicó la extracción a la empresa Aguas Santafesina -que instala de urgencia una nueva bomba- y también obligó a regular las cargas de los buques que ingresan y salen del Puerto de Rosario.

Como en algunos barrios es notoria la baja presión de agua, el presidente de Aguas Santafesinas, Alberto Daniele, indicó que con las dos nuevas bombas que comenzarán a funcionar en el transcurso de esta semana, se "incrementará en 2.300.000 litros/hora la captación".

El funcionario confirmó que en pocos días estarán funcionando a pleno las dos bombas que reforzarán la captación de agua, complicada por la bajante. En declaraciones a LT8, el funcionario afirmó que intentarán mantenerse "lo más cercano posible a los valores normales de captación" y explicó que con la primera bomba que se instalará sobre un pontón en los próximos días, van a tener "el aporte de 1.500.000 litros/hora; y la semana próxima, otra bomba con 800 mil litros/hora". Y adelantó que tomarán otras medidas: "Vamos a producir el descenso altimétricamente de otras bombas existentes para que estén bien sumergidas dentro del agua, y puedan incrementar el rendimiento que hoy está menguado".

Ayer; los balnearios de la costa norte, con una temperatura cercana a los 35 grados, ofrecían un panorama desolador. Las advertencias sobre los peligros que puede ocasionar una playa sin el espejo de agua, fueron suficientes para alejar a los rosarinos de la costa del Paraná. En realidad, Rainone aseguró que "la gente no dejó de concurrir a los balnearios, sino que desiste de meterse al agua".

En ese sentido, Rainone aseguró que se evalúan "permanentemente" si amplían la prohibición de ingresar al agua en toda la costa. "El río sigue bajando y los veriles, que son la parte más cercana al canal de navegación, quedan demasiado cerca de la orilla. La perspectiva es que debamos tomar la decisión de impedir directamente ingresar al agua en toda la superficie costera en pocos días", indicó el funcionario, quien aclaró que los guardavidas de los balnearios municipales realizan mediciones tres veces por día, y que con esos números, se realizan evaluaciones permanentes.

La perspectiva dista de ser alentadora. "El río bajará alrededor de 10 centímetros hasta el sábado unos 10 centímetros, y otros 10 centímetros en la semana próxima", indicó, antes de afirmar que la evaluación sobre las zonas de balneario "no es inconsulta, se analiza con Prefectura, guardavidas y Defensa Civil".

Las advertencias públicas, tanto como la postal de barro, piedras, residuos y los desagües pluviales que quedaron a la vista debido a la bajante, terminaron de convencer a los rosarinos de alejarse de los balnearios. La subsecretaria de Medio Ambiente de la Municipalidad, Daniela Mastrángelo apuntó a llevar tranquilidad sobre los niveles de contaminación del río, y dijo que en los últimos años descendieron. Según la funcionaria, a partir de los monitoreos realizados antes del comienzo de la temporada, que incluyen cloraciones en los desagües pluviales, "el agua es apta para bañarse, por eso los balnearios están habilitados".

Mastrángelo dijo a Rosario/12 que una vez finalizados los trabajos del colector ribereño norte el año próximo, que conectará todos los desagües pluviales, se solucionará el problema.

De todas maneras, la subsecretaría de Medio Ambiente de la Municipalidad señaló que "no hay justificativos para que la gente no se pueda meter al agua". Y agregó: "Monitoreamos en el agua e intervenimos en el conducto, y cuando algunos valores dan altos, ajustamos la cloración".