El día después del feroz meteoro que se abatió sobre esta zona, tuvo como dato excluyente a las distintas protestas de vecinos que se multiplicaron en zonas sur, oeste y norte de la ciudad. Vecinos del cordón pobre rosarino decidieron hacer visibles sus reclamos en Nuevo Alberdi, Villa Banana, Ludueña y Empalme Graneros, Barrio Toba y La Lagunita, entre otros. Son quienes durante el temporal perdieron las chapas de sus techos, ropas y electrodomésticos. El titular del área de Promoción Social del municipio, Fernando Asegurado, señaló que la ayuda se planificó y que "se va a empezar a trabajar con unas 120 viviendas sin techo, ya que el pronóstico anuncia lluvias para jueves y viernes".

"El regreso a la normalidad será lento", había advertido el intendente Miguel Lifschitz, quien tuvo un correlato inmediato a sus palabras. Al mediodía eran al menos cinco los piquetes: Uriburu y Oroño; Avellaneda y Garibaldi; Pellegrini y Circunvalación; Presidente Perón (ex Godoy) y Felipe Moré (frente al Centro de Distrito Oeste) y Felipe Moré y Uruguay. Con el correr de las horas, los piquetes se multiplicaron: uno de los puntos más conflictivos era por calle Centeno (entre Godoy y Uriburu) donde representantes de nueve barrios pedían atención urgente de su situación tras el desastre que dejó la tormenta: casas destruidas y familias que no tenían un techo para pasar la noche.

La avenida de Circunvalación también estaba cortada a la altura de Pellegrini, y entre el ingreso a la autopista a Buenos Aires y Ayacucho por vecinos de Las Flores.

En Presidente Perón (ex Godoy) y Provincias Unidas un grupo de cinco o seis camiones cruzaron sus vehículos indignados porque no podían ni ingresar ni salir de la ciudad. Los camioneros dieron vuelta durante horas y quedaron atrapados por los innumerables piquetes. Uno de ellos, que venía desde Tucumán y se dirigía a Capital, aseguró: "En ningún momento me avisaron que había cortes y ahora que se viene la noche, ¿quién me garantiza la seguridad física?".

En la zona del distrito Oeste, estuvieron cortadas avenida Godoy y Felipe Moré, y esta última en su intersección con bulevar Segui; para reclamar al distrito Norte, el corte se produjo en Baigorria y Circunvalación; otros en Circunvalación y sus intersecciones con España, avenida Presidente Perón y con Garibaldi. Por otra parte, se cortó el cruce de Travesía y Olivé, en Alberdi; también en Junín y Provincias Unidas y otro piquete se montó en las puertas del distrito Noroeste. En Junín y Provincias Unidas había unas 150 personas.

Ayer por la mañana, el movimiento Barrios de Pie estuvo trabajando y ayudando en los sectores damnificados. "Estuvimos clavando chapas, y viendo qué se podía salvar en las viviendas de los compañeros", indicó Martín Frutos, quien, ayer por la tarde, se encontraba acompañando a los vecinos en el corte de Junín y Provincias Unidas.

Además, explicó que, desde estos sectores, se llamó a "Defensa Civil, a la Municipalidad y a la Provincia, para pedir ayuda y respuestas sobre cómo se va a dar una solución a esto; pero, se pasan la bola y ninguno hace nada". Por eso, entre los manifestantes, se proponían: "Hasta que no tengamos soluciones concretas, no nos movemos". Sobre la forma en que las autoridades se organizan para brindar soluciones, Frutos manifestó que "es muy fácil hacer un testeo de cómo están las cosas adentro de una oficina con aire acondicionado, mientras los vecinos están con el agua hasta las rodillas, en sus casas con piso de tierra".

Así, Barrios de Pie dispuso un espacio para que la gente que pueda colaborar acerque colchones, ropa y demás productos, para cubrir algunas de las necesidades que tienen estos vecinos. Los interesados pueden realizar sus donaciones en el centro cultural La Toma (Tucumán 1349), todos los días, desde las 17, hasta el viernes inclusive.

También hubo cortes nutridos de vecinos sobre avenida de la Travesía: a la altura de Sorrento, en Juan José Paso y también en Génova. En este último Gladys Muñoz explicó a Rosario/12: "Estamos cortando porque necesitamos que venga alguien a censar nuestras necesidades, como colchones, chapas, frazadas, más allá de que la gente aún está bajo el agua y nadie vino. Por eso nos vamos a quedar hasta que se hagan presentes. Los únicos que van a pasar son las ambulancias".

A su lado Jorgelina Fernández, de 35 años nacida y criada en el barrio, se quejó porque están afectadas el 90 por ciento de las familias del barriada pobre. "Somos entre 600 y 700 familias las que perdimos todo, tendrían que venir los funcionarios a ver qué fue lo que pasó. Además -agregó- están haciendo la nueva avenida de Travesía, y hay un barrial asqueroso. Y no somos chanchos somos personas". "Queremos chapas, membranas, pañales y ropa porque perdimos todo", resumió.