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Domingo, 14 de agosto de 2011

CIUDAD › MUCHOS ROSARINOS QUE FUERON A VIVIR A FUNES EN LOS úLTIMOS AñOS, SIGUEN VOTANDO CON LAS PAUTAS ELECTORALES QUE TENíAN EN SU CIUDAD DE ORIGEN.

El proceso electoral en Funes tras la "invasión" de rosarinos

La imposibilidad de comprar en Rosario o la decisión de ir a vivir a un barrio lujoso, tranquilo y exclusivo; siguen siendo las atracciones de Funes. El Jardín de la Provincia cuenta con 27 mil habitantes estables, según fuentes del Municipio local, aunque en el verano, la permanencia supera los 70 mil, producto de las innumerables casas de fin de semana en alquiler. Muchos desconocen a los candidatos locales y optan por elegir a los que acompañan a los postulantes rosarinos más conocidos.

 Por Pablo Fornero

"¿Quién es el candidato de Bonfatti y Fein acá?. ¿A mi me gusta el Chivo Rossi, quién lo sigue?". Frases como estas se pronunciaron antes del proceso electoral en la ciudad de Funes. Aunque parezca extraño, posee relación con el imponente crecimiento urbanístico y demográfico que experimentó en los últimos años. La correspondencia a priori es irrisoria, pero tiene ahínco en los dirigentes políticos funenses. Un porcentaje de lo que podría denominarse "nuevos ciudadanos" desconoce totalmente las caras de los candidatos locales y, a la hora de sufragar, emite su voto manteniendo las prácticas que empleaba mientras vivía en Rosario. El proceso se desarrolla cuando la localidad se encuentra atravesada por una composición social diversa que se vislumbra en la búsqueda de coincidencias entre el habitante histórico y el nuevo. Ya instalada en Funes, la tendencia se correrá en los próximos años a Roldán, ciudad que ya exhibe los primeros síntomas.

En el 2007, el padrón electoral de Funes estaba compuesto por 14.400 personas. En las recientes elecciones provinciales, 17.900 funenses se encontraban habilitados para votar. En muy poco tiempo se dio un incremento de casi el 25 por ciento. El Jardín de la Provincia cuenta con 27 mil habitantes estables, según fuentes del Municipio local, aunque en el verano, la permanencia supera los 70 mil, producto de las innumerables casas de fin de semana en alquiler.

Sin embargo, en los últimos años, el alquiler empezó a ser reemplazado por la residencia permanente. Vías de acceso, relax, seguridad y movimiento comercial y de servicios, incidieron en la decisión de muchas familias rosarinas a la hora de elegir otra ciudad para vivir. Pero a su vez, este sector de "nuevos funenses" se divide en otros dos grupos: quiénes desean integrarse a la vida social de la ciudad y quiénes la eligen sólo como ciudad dormitorio y continúan realizando todas sus actividades en Rosario. Escenarios complejos para comprender la composición que caracteriza hoy en día al Jardín.

Quiénes padecen serios inconvenientes para leer el periodo de transición que experimenta Funes son los partidos políticos. Trazar una campaña electoral debe contemplar varias aristas y maneras de llegar a los distintos sectores de la sociedad. Estimaciones de un partido político apuntan que el padrón actual está compuesto por 10 mil ciudadanos históricos (con más de 30 años de residencia), 5 mil que viven desde hace menos de diez años y 3 mil que poseen históricas casas quintas y están domiciliados en Funes, pero que de lunes a viernes viven en Rosario.

Los "nuevos funenses" tienden a repetir los comportamientos electorales que efectuaban en Rosario. Si bien no inciden de manera directa en el resultado de la elección, han generado un corrimiento en las tradicionales y previsibles respuestas del electorado "histórico". Por ejemplo, para el intendente actual, Juvenal Rímini, "no es muy alejado de la realidad" pensar que el Frente Progresista Cívico y Social gobierna la ciudad desde el año 2003 porque cuenta con los votos de la "gran mayoría" de los ciudadanos recientes. No obstante, Rímini reconoce que los "nuevos funenses" se "están dejando llevar por una empatía" a la hora de sufragar, pero "poco es lo que pueden conocer a los candidatos locales". En su análisis, destacó la figura del intendente y senador electo del Departamento Rosario, Miguel Lifschitz, porque "no hay duda que sacó votos de rosarinos y funenses". "No es casual su elección, es respetado por el funense y tiene una buena imagen. Y los rosarinos están conformes con su gestión", subrayó.

De extracción radical, Rímini cree que "no es complicado" conseguir la integración del "viejo y el nuevo". Considera que es el propio desarrollo quién o va a lograr por sí sólo a medida que la ciudad cuente con más escuelas, entidades bancarias y otro tipo de servicios.

El actual intendente será reemplazado el 10 de diciembre por la también radical Mónica Tomei. La ex diputada provincial obtuvo 6.995 votos en la elección del 24 de julio y estuvo cerca de triplicar a su perseguidor. El Frente Progresista mantiene la conducción política de la localidad, aunque el sector que encabeza Tomei tiene profundas diferencias con el de Rímini.

Tomei es médica. "La pediatra del pueblo", para algunos analistas políticos. Desde esa condición consiguió el voto del ciudadano histórico. Ha atendido a niños y niñas por años y se ha ganado la confianza de sus padres. Ese factor, el trato cara a cara, resulta esencial para llevarse esos sufragios. Rímini también es médico. Como clínico de cabecera de la mayoría de los abuelos del PAMI, se alzó con grandes caudales de votos para gobernar durante dos periodos. Aunque, vale la pena aclarar que no todos sus votos pertenecieron a esa franja. También logró penetrar en otros grupos.

Para cantar victoria, Tomei cree que también recibió el aporte del "nuevo funense" porque "la gente pregunta y se involucra para saber quiénes son los personajes que actuamos en política". De todos modos, asegura que el panorama político de Funes "cambió muchísimo con la llegada de nuevos rosarinos". Y un gran porcentaje de este sector, sobretodo jóvenes, arribó con "ganas de participar". En cambio, "el histórico quedó en la historia".

Entiende que el crecimiento provocó la pérdida de "la identidad del funense". Por eso, en su gestión buscará "volver al decir `buenos días┤ y que te contesten, a respetar el tránsito, porque es un caos". Cree que esos valores quedaron en el tiempo porque falta "educación". La llegada de rosarinos ha aportado cosas muy positivas, pero también trajo "inseguridad y problemas de infraestructura". "No teníamos lomas de burro", ejemplificó.

Mauro Miguez tiene 25 años y a partir de diciembre será el concejal más joven de la historia de la ciudad. Pertenece al Frente Para la Victoria y consiguió más de 2.700 votos para obtener la banca. Para él, "no hay una relación directa" entre los resultados electorales y los nuevos ciudadanos. "Hay otros elementos más importantes, tendencias provinciales, características de las áreas metropolitanas y cambios en la estructura social", detalla. Como los "nuevos funenses" observan un "desfajase muy grande" entre los cambios estructurales y los institucionales, "terminan repitiendo patrones de comportamiento que no son de Funes, sino de la gran metrópoli".

Miguez calcula que 3 mil personas que figuran en el padrón gozan de los privilegios de la ciudad ﷓ dormitorio. "Uno lo ve el día de las elecciones, no tienen idea dónde están las escuelas y quiénes son los referentes locales. De todos modos, no definen las elecciones, son minoritarias". Algunos candidatos históricos, devaluados con el correr de los años, afirman que estos sectores definen las contiendas. El joven no comparte esa visión y arguye que sostienen esa idea de que "definen los de afuera" sólo "para justificar fracasos".

Para el edil electo hay que tener cuidado de no juzgar como "invasor" al rosarino que elige Funes para vivir. Entiende que no hay "choque cultural" entre los dos sectores, pero "tampoco hay punto de contacto". "Y eso es complejo, porque sí hay un choque de prácticas y hábitos. El rosarino viene y hace la suya, desconoce los modos de hacer. Acá ya existía una dinámica de sociabilidad particular y el rosarino tiene otra", señaló.

¿Qué pasa en Roldán?

"En muy poco tiempo, Funes cambió su fisionomía. Dejó de ser ese pueblo dónde todos se conocían, parece un barrio de Rosario". Lo afirma Daniel Escalante, radical y reciente concejal electo de la ciudad de Roldán, que logró vencer al justicialismo tras 24 años de derrotas. Está muy atento al proceso de cambio que atraviesa Funes porque espera que dentro de unos años (no sabe precisar cuántos) Roldán experimentará situaciones similares.

El padrón roldanense está compuesto de 10.700 personas, pero las que viven en forma permanente en la Capital del Aire Puro superan claramente ese número. "Hace 40 años, los rosarinos tenían casas de fin de semana en las zonas de loteos. Ahora construyen casas de residencia. Muchos recién se han hecho cambio de domicilio o no lo han hecho aún". Por ese motivo, el cambio en el escenario político se dará "paulatinamente" y con las mismas características que en Funes.

Las nuevas urbanizaciones generaron que se pongan 7 mil lotes nuevos a la venta en Roldán. Escalante estima que, dentro de diez años, la ciudad "va a tener el doble de habitantes que en la actualidad". La gran mayoría serán rosarinos y modificarán las costumbres y la idiosincrasia de la ciudad y repercutirán -según Escalante- en los resultados electorales. Como se encuentra desfasado del cronograma electoral de la provincia, Roldán votará a su nuevo intendente en el 2013. Para entonces, los candidatos se encontrarán con un sector de la sociedad "que viene con requerimientos importantes y una calidad de demanda que acá no la van a encontrar", concluyó Escalante.

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Funes ya no es sólo la ciudad ideal para pasar los fines de semana. Ahora tiene mucha población fija.
 
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