La situación disparada a partir del linchamiento de David Moreyra motivó un documento de la Mesa de Diálogo santafesina, espacio multisectorial presidido por el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, y al que suscribieron el gobernador Antonio Bonfatti y el intendente de la ciudad capital, José Corral, entre otras autoridades. Repudiaron el clima de violencia y abogaron por la construcción "posible de una Santa Fe distinta que nos merecemos sobre una sociedad más justa, solidaria y en paz".

El espacio rechazó el falso argumento de "justicia por mano propia" porque -advirtió- "lejos de resolver los problemas, los agudiza". Los firmantes declararon: "No podemos acostumbrarnos a convivir con el delito, la violencia, la inseguridad y la muerte. Son muchas las causas de esta realidad que nos empobrece y paraliza: marginalidad, narcotráfico y ausencia de una cultura de valores que dé sentido a la vida", concluyeron.