Jueves, 18 de diciembre de 2014 | Hoy
CIUDAD › VíCTIMA DE VIOLENCIA "DESESPERADA" POR UNA MEDIDA JUDICIAL
Dictaron la prisión domiciliaria con salidas laborales a César Varela, que en junio secuestró a Cristina Ponce, su ex pareja, la golpeó y abusó de ella. La mujer salvó su vida porque las hijas lograron escaparse para pedir ayuda.
Por Lorena Panzerini
María Cristina Ponce está "desesperada" desde que el juez Javier Beltramone concedió la prisión domiciliaria con salidas laborales a su ex pareja, César Varela, a quien denunció por secuestrarla en su casa de Villa Gobernador Gálvez con sus dos hijas, abusar de ella y golpearla. "Voy a ir hasta el final con esta acusación", dijo la mujer, tras enterarse "por los vecinos" que el hombre circulaba en un auto con el que trabaja de remisero, luego de la resolución del juez Javier Beltramone. Tras reunirse con la fiscal Karina Bertocci, Cristina lamentó: "Sentí que me habían cambiado la fiscal. Ella tiene que defenderme a mí y a mis hijas, porque ahora soy yo la que tiene que estar encerrada". Por su parte, Bertocci señaló que pedirá un botón de alarma para la mujer, aunque lamentó que haya demoras; y dijo que "si la decisión de la víctima es ir a juicio oral, se respetará".
El calvario de Cristina comenzó hace al menos 13 años, pero en junio pasado llegó al extremo cuando el hombre se presentó en su casa, encerró a las dos nenas de 11 y 6 años en una habitación, y a ella la sometió con abusos y golpes --según la denuncia-- hasta que las nenas pudieron escapar y correr a la casa de su abuela, quien dio aviso a la policía.
La coartada del abogado de Varela, Eduardo Sosa, es que ella lo llamó aquella noche para "arreglar las cosas", y como última prueba antes de la audiencia previa al juicio pidió que se realice una pericia sobre el teléfono del imputado para probar tal cosa. Sin embargo, el defensor le ofreció a la fiscal un juicio abreviado, sin reconocer el delito de abuso sobre la mujer y con una pena de tres años de prisión condicional, que Cristina rechazó de plano. La fiscal contraofertó una prisión efectiva, pero la defensa se negó.
"Tengo pruebas del abuso, a mí me revisaron los médicos, yo pasé por un proceso psiquiátrico y por muchas otras cosas. Yo no hago esto solo por mí, sino también por mis hijas y por otras mujeres, para que no lleguen a pasar por esto", dijo la mujer de 38 años, quien filmó un cortometraje semanas atrás, con apoyo del Centro de Estudios Universitarios Políticos y Sociales. "Estoy desilusionada con lo que está pasando", dijo.
En una nota publicada el 8 de diciembre pasado en este diario, Cristina relató su calvario a seis meses de aquel sometimiento que duró casi 12 horas, cuando el imputado incumplió la orden de exclusión de hogar. El agresor fue detenido desde el 19 de junio pasado, pero días atrás logró una prisión domiciliaria con salidas laborales. Según pudo saber este diario, Varela está viviendo con su padre y se presentó la garantía de la empleadora de una remisería para la cual trabaja.
Cristina, en cambio, lamenta tener que estar "encerrada" y que la fiscal no le haya avisado que el hombre había salido del lugar de detención. "Lejos de tirarme, esto me da más fuerzas para luchar, así que yo no voy a parar ni voy a ir atrás con mi acusación".
Tras la audiencia donde la fiscal presentó los delitos por los que llevará a juicio a Varela, la causa llegará a juicio oral y la víctima reclama "que se haga justicia".
Los últimos días de noviembre, en el marco del Día Internacional de Lucha contra la Violencia de Género, la mujer fue reconocida por el senador Rubén Giustiniani, en un acto en Rosario, como una víctima que se animó a contar su vivencia, para instar a otras a denunciar.
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