Miércoles, 7 de octubre de 2015 | Hoy
CIUDAD › ALEJANDRO GRANDINETTI, CANDIDATO A DIPUTADO POR EL FRENTE RENOVADOR
Confía en aumentar el caudal de 309.000 votos obtenidos en las primarias y adjudica
esa proyección al crecimiento de Massa en detrimento del PRO. Uno de sus proyectos
es bajar la edad de imputabilidad penal a los 14 años aunque admite que es polémico.
Por Luis Bastús
Alejandro Grandinetti confía en aumentar el caudal de 309.000 votos obtenidos en primarias como cabeza de lista de candidatos a diputados por el Frente Renovador. Adjudica esa proyección al crecimiento de Sergio Massa en detrimento del PRO, pero también en su carrera como periodista. Uno de sus proyectos de campaña es bajar la edad de imputabilidad penal a los 14 años de edad. Admite que es polémico pero sostiene la necesidad de "proteger y recuperar a los pibes para que no maten ni los maten". Con todo, reconoce la desigualdad social como la génesis del delito. "Mientras haya estos niveles de exclusión, no hay convivencia posible", señaló en diálogo con Rosario/12.
--¿Confiás en que te votarán más que en las PASO?
--Noto que hay una mayor predisposición a escuchar nuestros argumentos. Vemos mucha gente que vio en Massa una alternativa válida meses atrás y que ante la versión de la polarización, eligió otra opción. No sé cuál será el techo pero estamos más fuertes para el 25 de octubre.
--¿A qué espacio le estarías captando votos?
--No sé si es es una cuestión de suma cero o si vendrá en parte desde los indecisos. Lo que ha ocurrido es que a nivel país parte del voto macrista que se desgrana viene hacia nosotros. Es la parte más dinámica del electorado.
--¿A qué atribuís tu buen debut electoral?
--Gran parte de eso corresponden a Massa, si bien en el sur de la provincia me conocen porque vengo de una campaña. Tratamos de focalizar propuestas, contundentes y claras. Quizás haya ayudado la credibilidad de mi laburo como periodista. Trato de no meterme mucho en la parte que me aburre de la política: la rosca; y sí lo que me emociona: el contacto con la gente, aunque suene como frase hecha. Hay una parte de de oficina, y otra de territorio, que me pone muy bien.
--Tenés un proyecto legislativo de bajar la edad de imputabilidad a 14 años. ¿Qué te hace creer que eso sería bueno, que sería eficaz en términos de política penal de seguridad ciudadana?
--Sé que es polémico, suena cruel, pero quiero ponerlo en un contexto. Uruguay es un país progresista, y en los más progresistas de América Latina la edad de imputabilidad es de 13 años, en Ecuador es de 12, en Francia, España, Italia es de 14 años. No es mano dura ni política de represión. Un chico a los 15 está a la vuelta de la muerte en cualquier circunstancia. Lo que pasó con el chico que asaltó a un taxista y que al parecer éste lo mató. Y pasó con un chico de 17 años que esperaba el colectivo y lo mataron para robarle la billetera y el celular. Ambos casos son de menores. No ocuparnos de eso forma parte de una hipocresía instalada en la sociedad.
--Pero la solución que darías es penal.
--No, no es penal porque no iría a la cárcel con mayores. Hemos presentado un código penitenciario que establece el tratamiento diferenciado para menores. No dejarlos a la buena de Dios y tratar de reeducarlos, reinsertarlos como un ciudadano útil para la sociedad. Hasta ahora los dejamos fuera del sistema, y que los maten. Terminan usados por las bandas que saben que no son imputables. No quiero que los pibes estén presos, pero no quiero que maten, no quiero que los maten. Una cosa es no tener discernimiento, pero a los 15 años una persona sabe que matando está causando un daño. Es un debate que en otras fuerzas no se da. Lo peor que nos puede pasar es negar.
--El ingreso a ese sistema de contención lo harían en calidad de imputados de un delito, que en la práctica quedaría en manos de la policía actual: no es difícil imaginarse el resultado.
--No, bueno. Por eso digo que proponemos un código penitenciario nuevo, que establece formas y pautas diferentes, con trabajo para rehabilitar de adicciones, que los hará trabajar.
--En cuanto a la persecución penal de los delitos económicos, el lavado de dinero sucio y su camuflaje en la economía formal, ¿Tenés también un proyecto concreto?
--Sí claro. También somos la única fuerza que está proponiendo la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción para los funcionarios públicos. Lo equipararíamos a un crimen de lesa humanidad y la pena mínima sería 5 años con lo cual no sería excarcelable, y hasta el último día de su vida pueden perseguirlo por esa clase de delitos. Como forma de corregir un sistema que encarcela sólo a los ladrones de gallinas mientras los ladrones de guante blanco, los políticos no les llega la justicia.
--¿Cuál es la génesis del delito?
--La exclusión, la pobreza, un sistema de valores tendiente al individualismo extremo, y no podemos exigir un nivel de seguridad, convivencia con los niveles de exclusión que tenemos hoy en Argentina.
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