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"Traumatismos múltiples, derrame cerebral y un pulmón afectado", dejaron a Roberto Martelón, un vendedor ambulante, internado en coma farmacológico en el Hospital de Emergencias, tras haber pasado la noche del sábado en la comisaría 15ª. Así lo denunciaron ayer el defensor público provincial, Gabriel Ganón y la cuñada de la víctima, Patricia Hidalgo, quienes llevaron el caso al Ministerio Público de la Acusación, por los delitos de "privación ilegítima de la libertad y torturas". Desde la seccional apuntaron a otros detenidos, pero estos dijeron que no vieron ni oyeron nada, y fueron liberados. Piden que la familia pueda constituirse como querellante. "Llegó al HECA prácticamente muerto", enfatizó Ganón. Su cuñada reclamó: "Queremos saber qué le pasó".

Roberto vive con su hermano, la esposa y las hijas de éste, en una vivienda de barrio Tiro Suizo. Trabaja hace años en la venta de ropa por la calle, donde se lo conoce como "el Patón".

Hidalgo, la esposa de su hermano, anotició del hecho al defensor provincial, quien motorizó la denuncia. Según indicó la mujer, Martelón salió de su casa a trabajar el viernes pasado, alrededor de las 20 --como lo hacía habitualmente--, y llegó a la intersección de Canals y San Martín, donde se detuvo en un bar en el que suele ofrecer sus prendas. Allí, el hombre se detuvo a orinar cuando -al parecer- una niña se le acercó y la madre la tomó de la mano para alejarla. Un rato después, un móvil policial detuvo al hombre, por un presunto llamado al 911 que denunció que estaba orinando en la vía pública. Por eso fue trasladado a la seccional 15ª. Esa situación fue relatada a Patricia por testigos de la zona.

Según indicó Hidalgo, su cuñado suele volver de trabajar entre las 2 y las 5 de la madrugada; pero el sábado no regresó, y cuando sus hijas se levantaron comenzaron a llamar al teléfono de su tío, que nunca respondió. Alrededor de las 15 se enteraron que estaba internado porque una de las médicas lo reconoció, ya que vive cerca de la familia de la víctima.

Poco después, el subcomisario del destacamento policial mencionado informó a la familia de Roberto que el hombre había sido abordado en una estación de servicios ubicada en Uriburu y San Martín por efectivos policiales que supuestamente respondieron a un llamado al 911 de una vecina que lo habría visto "orinando detrás de un árbol a las 0.30".

En diálogo con Rosario/12, Hidalgo dijo que el subcomisario les explicó que Martelón fue "revisado por un médico de la seccional a las 2 de la madrugada, sin constatar ningún tipo de lesión de importancia, excepto un pequeño raspón sobre una ceja, y que luego, el detenido se acostó a dormir en su celda". Sumado a ello, les indicó que, más tarde "ingresaron dos personas al penal, en estado de exaltación (por un hecho de presunta violencia familiar) que -según les relató el subcomisario- fueron quienes golpearon a la víctima", pero ambos quedaron en libertad. Sin embargo, la mujer dijo que ningún policía de la seccional pudo dar cuenta de haber visto u oído golpes contra Martelón, en la celda.

En tanto, Patricia dijo que alrededor de las 7 de la mañana los policías que estaban en la dependencia lo fueron a despertar porque habían llegado los datos acerca de la falta de antecedentes penales contra el hombre; y que "al observar que no reaccionaba se comunicaron con el SIES". Hidalgo agregó que los médicos del servicio lo dieron vuelta y el hombre "tenía un hilo de sangre en la boca".

Inconsciente, Martelón fue trasladado al Hospital Roque Sáenz Peña, donde no fue recibido por falta de espacio de internación. Entonces lo llevaron al Hospital Provincial, pero tampoco fue internado allí, por falta de tomógrafo. Finalmente, fue recibido en el HECA, donde se constató "un cuadro clínico complejo", por lo que le indicaron a la familia que tenía que ver con una "importante paliza" y quedó internado en terapia intensiva.