Lunes, 25 de enero de 2016 | Hoy
CIUDAD › DETECCIóN PRECOZ, EL OBJETIVO DE SALUD PúBLICA EN EL SEGUNDO PERíODO DE FEIN.
Leonardo Caruana sigue al frente del área más esmerada del socialismo. Aquí revela la intención de profundizar el modelo de atención primaria y prevención. "El Estado debe llevar la respuesta a los barrios, no esperar en el hospital", dice.
La segunda gestión de la intendenta Mónica Fein en materia de salud pública pretende acentuar el modelo de prevención y cercanía del primer nivel de atención con la población. "Hay sistemas que priorizan la atención de guardia o la construcción de grandes hospitales. Nosotros planteamos una clínica cercana, en territorio, y con mayores esfuerzos en acciones de promoción y prevención de la salud, de modo de evitar en lo posible llegar a niveles de mayor complejidad y de relegar los medicamentos a un rol secundario. Ese es el desafío a profundizar", definió el secretario de Salud Pública, Leonardo Caruana en diálogo con Rosario/12. En esa lógica quiere brindar el servicio a las 8.000 personas que transitan a diario por el aparato de salud pública municipal: 50 centros de salud, maternidad Martin y 6 hospitales, más el Laboratorio de Especialidades Medicinales (LEM).
Caruana valora que en el último lustro los modelos de salud pública estuvieron complicados de sostener en otros países. "Hay países que debieron importar médicos, aquí pudimos mantener el sistema. Parece algo natural, pero si vas a otras ciudades verás que no es tan común que una mujer se haga un papa nicolau en el primer nivel de atención, o un hospital de niños haga un transplante de médula ósea", se ufana.
Afronta una demanda habitual de la población sensible a las adicciones ‑la falta de centros de atención para drogadependientes‑ y adelanta: "Avanzaremos en convenios con instituciones, alojamientos nocturnos, articular con la Sedronar. Al menos hay un piso previo de discusión y trabajo que lleva 20 años en Rosario, discusión que desembocó en la ley de salud mental. Aquí no es novedad el concepto de desmanicomialización, sólo que el desafío es profundizarlo".
‑‑¿Cómo evalúa la respuesta del Estado a las consecuencias sociales del problema narco, no desde la seguridad sino desde la salud?
‑‑Creo que el Estado hace mucho respecto del abordaje a la problemática del consumo, y hacemos mucho también en forma fragmentada‑ lamentó Caruana‑. El desafío es potenciar y articular más para que el impacto de lo que se hace sea mayor y más eficaz".
Con esa incoordinación se refiere a "intervenciones desde diferentes ministerios y secretarías, que si no tienen fuerte articulación podemos superponer intervenciones sobre la misma población. Esa coordinación es lo que pidió la intendenta".
Caruana fundamenta su conformidad con la respuesta del Estado en salud de acuerdo con su propósito: "Planteamos tener una clínica cercana, y lo hacemos con 50 centros de salud y 1.500 trabajadores en los barrios, eso da la posibilidad de acceder a una terapia, a un abordaje de los jóvenes en sus problemáticas. Hay que mejorar, pero ya es un piso importante que en otros lugares no existe. Hoy en cualquier hospital de Rosario verás chicos internados con acompañantes terapéuticos tratando de encontrarle una vuelta al problema del consumo".
‑‑Pero los hospitales no son centros especializados en adicciones.
‑‑No es necesario. Si lo tomamos como un sufrimiento psíquico, lo que trabajamos es la relación con la sustancia, y si hay un hecho de vulnerabilidad psíquica o social, trabajamos eso. Eso lo hace un especialista en salud mental, un trabajador social, un toxicólogo, y todos nuestros hospitales tienen esos servicios".
El responsable de la salud pública, cordobés de 48 años, pero recibido en la UNR, define que el paradigma no es abstencionista pero reconoce que entre la persona y la sustancia hay una relación patológica. Para eso están los centros de día, los acompañantes terapéuticos en domicilio. Y ese es otro desafío. "Todavía tenemos dificultades después del alojamiento hospitalario, la vuelta al domicilio. Necesitamos otras instituciones, convenios que permitan salir de la lógica de la internación. En un punto no es necesario que el paciente esté en un hospital", postula. Convenios como el firmado en diciembre entre municipio, provincia y Arzobispado de Rosario, para ampliar el "centro de vida" situado en Batlle al 4300, en Nuevo Alberdi.
Caruana se explaya al preguntársele por lo que vendrá en gestión de salud pública. "Nuestro eje está en el acompañamiento, en profundizar el vínculo cercano del sistema de salud con la población, de manera que cada familia sin cobertura social tenga un médico y un enfermero, y pueda seguir resolviendo los problemas de salud en el nivel más cercano a su casa. Por eso es inédito tener 50 centros de salud. Esa es nuestra definición política. Hay sistemas que sólo priorizan la atención de guardia, o construir grandes hospitales. Nosotros planteamos una clínica cercana, de cuidado. Primero eso, después el fármaco y el equipamiento, porque si sólo gerenciamos los servicios de salud en términos de eficiencia económica, la lucha es muy desigual con la industria farmacoquímica y el desarrollo tecnológico. La tecnología y el medicamento deben tener su lugar, pero primero, una clínica cercana, escuchar, acompañar y entender que la salud no es un hecho individual, sino social e histórico. Al revés significa ahogarse financieramente, incluso".
Refuerza esto con un indicador: el acompañamiento prenatal en Rosario es del 98 por ciento. "Porque el control se garantiza desde el primer nivel de atención hasta la alta complejidad", dice.
‑‑¿Entonces considera que la presencia del Estado en materia de salud en los barrios es óptima?
‑‑La presencia del primer nivel es óptima en cuanto a cantidad. Lo que debemos profundizar es que el resto del sistema de salud se pueda acercar aún más. O sea, profundizar la cercanía de los especialistas de 2° y 3° nivel de complejidad bajen a la estrategia de atención primaria. Ya lo hacemos con Nefrología. El nefrólogo se junta con el clínico del centro de salud y generan soluciones. Evitar que el paciente circule por la red, hacer que la red sea la que esté sobre el paciente. Hoy un vecino tiene como mínimo tres veces por semana el laboratorio en el centro de salud del barrio para hacerse extracción de sangre, y no tener que ir a las 4 de la mañana a un hospital, como ocurre en otros lados. Y hay una logística de recolección de muestras que en 24 horas devuelve el resultado del análisis en el barrio. Y si en ese análisis hay un dato, el índice de creatininna, por ejemplo, nos indica una posible alteración renal y esa información la recibe el nefrólogo y el médico de referencia. Así intervenimos de manera precoz el daño renal leve y evitamos una insuficiencia renal y quizás un trasplante. Eso es la política de cercanía y territorialidad, de prevención. Lo tenemos con nefrología, queremos extenderlo a cardiología, endocrinología, y sintonizar todo el sistema en función de la detección precoz. Esto es inédito en el país. Tenemos 60 pacientes internados en sus domicilios con la complejidad de una terapia intensiva, pero con el beneficio de estar en su casa, con sus afectos. Eso es la cercanía que postulamos".
Prevención y promoción de la salud es el núcleo conceptual que Fein ‑ella misma fue titular de esta Secretaría cuando Hermes Binner fue intendente‑ encomendó. "Tiene que ver con los hábitos, evitar el sedentarismo, el cigarrillo, factores que si los trabajamos en profundidad impactan en la salud de la población y ponen al medicamento en un rol secundario. Si disminuimos así el riesgo cardiovascular, los medicamentos y la tecnología se usarán en su real dimensión y así se beneficia la sustentabilidad del sistema. Por eso creamos una subsecretaría de promoción de la salud, para darle un volumen político mayor a este aspecto", expone Caruana.
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