Domingo, 24 de julio de 2016 | Hoy
CIUDAD › ENTREVISTA CON AMARANTA GóMEZ REGALADO, ACTIVISTA MUXE TRANS MEXICANA
Antropóloga, Amaranta ponderó los avances de la Argentina, pero subrayó que el trabajo de los próximos años es cambiar "el chip cultural". Ratificó la frase de Lohana Berkins, "a la cárcel no volvemos nunca más", como una premisa.
Por Sonia Tessa
Amaranta Gómez Regalado tiene un tono suave, casi didáctico. Con calidez, distingue que "muxe no es lo mismo que trans", respecto de su identidad. Integrante de la comunidad zapoteca, en Juchitán, esta activista internacional por la diversidad de género y los derechos de las personas que viven con VIH estuvo en Rosario con una abultada agenda que compartió entre actividades organizadas por la Secretaría de Diversidad Sexual de la provincia y otra de la Asociación de Antropología de Rosario y el Instituto Diana Sacayán. "Las ausencias de Diana y Lohana (Berkins) no son ausencias argentinas, son ausencias latinoamericanas, porque son referentes que trabajaron mucho y nos ofrecieron campos de discusión, análisis, experiencias chistosísimas de luchas", puntualiza Amaranta a partir del travesticidio que sufrió Diana en octubre del año pasado, y la muerte de Lohana en febrero de este año. Ahí nomás se lanza con una anécdota en la que Lohana había sido invitada a abrir en un encuentro de feministas en México, pero otros grupos de mujeres la habían encerrado en el baño para impedir que pudiera inaugurar la actividad. Y una vez que logró salir al grito de "ábranme, maricas, Lohana dio su discurso con un "arriba compañeras", y la potencia de su palabra.
Entre risas, el recuerdo de las complicidades la lleva también a enfatizar que la gesta de ese nombre propio es la que talla una fortaleza. "Esa lucha te da ser, te da ser, lo que se quiere es ser y sin ese ser, parece ser que eres como la huérfana de la vida, pero cuando te plantas y dices soy, ése soy es tan imperativo y tan afirmativo que quitate por favor porque ahí voy", dice. Cauta respecto del panorama que se abre a partir del cambio de gobierno en la Argentina, Amaranta recuerda sin embargo del premio que las Latinoamericanas impulsaron en la ILGA (Federación Internacional de Lesbianas, Gays, Transexuales e Intersex) para Cristina Fernández, a partir de la sanción de las leyes de matrimonio igualitario y de identidad de género. "Una cosa es que tengamos las leyes, que haya leyes excelentes, bien escritas, bien pulcras en el papel, pero de eso a la aplicabilidad hay una brecha que nos va a tocar construir mucho más camino para que ese chip cultural pueda suceder", expresó.
En México, su país, el estado represivo ha tomado trascendencia internacional con la desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa en septiembre de 2014 y el asesinato de nueve maestros en Oaxaca, en junio pasado, además de habituales noticias de matanzas de periodistas. La avanzada de las políticas neoliberales que hoy se viven en toda América Latina es parte de ese complejo proceso. "Estamos tan lejos de dios y tan cerca de los gringos que nos llega sí o sí esa parte. Pero hay resistencias, afortunadamente hay resistencias de muchos tipos y al mismo tiempo".
--Venís de una comunidad que cobija la identidad muxe como parte de su vida, en cambio, en nuestra sociedad, cada día vivimos crímenes con gran ensañamiento y discriminación contra las personas trans, ¿cómo percibís esa realidad?
--Hablar de personas trans no es lo mismo que hablar de personas muxes, es uno de los encajonamientos contra los que peleo mucho. Me parece que la lucha trans tiene un posicionamiento increíble, impresionante, pero también están esas otras realidades de los asesinatos. Y en el caso de la comunidad muxe, no es que sea el paraíso, no es que haya completamente toda esta aceptación que muchas veces se dice, sino que existen mecanismos, particularidades culturales que permiten de alguna manera que el proceso de aceptación, de incorporación dentro de la comunidad sea mucho más colectivo, no se vive tan aisladamente la situación como en otras culturas y eso permite que un tema que pareciera ser delicado, cuando alguien es identificado como persona muxe entre los 6 y 12 años, el proceso no es individual, es colectivo y eso ayuda a mitigar cualquier posible angustia que se genere, cosa que veo que es lo contrario de lo que sucede en otro tipo de sociedades.
Tampoco es no es que no ocurra la violencia en Juchitán o en la comunidad muxe, en los últimos diez años hemos tenido 4 asesinatos, cosa que no ocurría anteriormente. Eso ha ido cambiando a partir de factores de consumo, de nuevos modelos que se están implementando, de nuevos valores que se están adoptando, la derechización también del país y situaciones que van favoreciendo, las religiones, van favoreciendo cierto contexto que permite presentar una realidad que no existía. Esos cuatro casos, en comparación de lo que sucede en todo el país, son mínimos. Lo que pasa es que, al final de cuentas, tiene que ver con que es lo femenino lo que se está poniendo en juego, es lo que está interpelando al sistema, a los pensamientos binarios, al propio sistema de justicia, al sistema de gobierno y al imaginario colectivo. En ese mundo parece ser que un cuerpo travesti no tendría cabida, sólo tendría cabida en la prostitución o en el estilismo o en últimas en ser asesinada como tal. Entonces el mundo de lo femenino sigue interpelando al patriarcado y al propio sistema binario que el machismo ha instalado.
--¿Qué significan los avances que hubo en argentina en leyes como el matrimonio igualitario y la ley de identidad?
-En ese momento yo era la secretaria regional muxe trans para la ILGA y en una reunión en Bruselas empezamos a crear el primer premio mundial para reconocer los avances de gobiernos, instituciones o personajes que pudieran aportar al movimiento. Y justo, entre la terna estaba Cristina de Kirchner. Y sin lugar a dudas la gente de América Latina dijimos tiene que ser Cristina. Te digo esto porque para nosotros y nosotras en América Latina y México, fue el avance mundial, enorme, que movió muchos cimientos. En México, la Suprema Corte avanzó con un fallo a favor de los matrimonios. Para nosotros es un modelo a seguir. Ahora, una cosa es que tengamos las leyes, que haya leyes excelentes, bien escritas, bien pulcras en el papel, pero de eso a la aplicabilidad hay una brecha que nos va a tocar construir mucho más camino para que ese chip cultural pueda suceder, y que la gente no se siga sorprendiendo porque la gente camina en pareja o porque una chica no sea llamada en un proceso electoral como chico, y que su pasaporte salga como quiere que salga. Entonces, esos cambios en la cultura, en el pensamiento heredado como ya lo traíamos, cuestan mucho trabajo. Ahí es donde está la gran brecha que hay que ir cerrando en los próximos años. Tampoco es que ya lo tenemos. Y repito que los derechos conquistados... sé y percibo de un cambio de gobierno fuerte con todo lo que eso implique, no voy a meterme en asuntos de estado. Pero creo que es necesario no retroceder y mejorar en lo que no se pudo ampliar, el tema de los niños, el derecho al cupo laboral que no es nacional, que debería empezar a permear, porque de belleza no vamos a vivir ni de la prostitución, pues para tener opciones dentro del propio estado, que pueda garantizar la participación cotidiana de las personas trans masculinas, femeninas, en la vida diaria.
--Antes de morir, Lohana dejó un escrito en el que dijo "A la cárcel no volvemos nunca más".
--Necesitamos poner las íes en estas ausencias. Esa es otra cosa, las ausencias de Diana y Lohana no son ausencias argentinas, son ausencias latinoamericanas, porque son referentes que trabajaron mucho y nos ofrecieron campos de discusión, análisis, experiencias chistosísimas de luchas. En el encuentro feminista de la ciudad de México, habíamos hecho un acuerdo con las feministas institucionales que las trans abríamos el encuentro. Entonces las feministas autónomas la encerraron en el baño para que no diera el discurso inaugural. Gloria Careaga y yo mirábamos para decir dónde está Lohana. En el baño debe de estar (risas). Vamos al baño y ella decía: "ábranme maricas", y sale diciendo: "Estas maricas, Amaranta, son tremenditas, hay que tener mucho cuidado". Era... de esas internas históricas pero absurdas por otro lado. Estaban las institucionales esperando que entrara Lohana y todas entramos y ella "Arriba Compañeras", y el discurso tan potente. Tenemos escuelas compartidas, y efectivamente, la cárcel no podría ser ya un espacio nunca más, nunca más un espacio para la realidad trans, y sin embargo sigue ocurriendo en algunas ocasiones. Sigo escuchando esas quejas, a pesar de que haya leyes, y con estos cambios de gobierno se empieza a sentir que es como retroceder 20 años atrás cuando los edictos policiales se aplicaban y bueno eso es lo que hay que reforzar en el conocimiento social de que no tiene que ocurrir eso.
--¿Es la misma característica de la lucha de las personas trans la que les da la fortaleza y lucidez que se les ve a sus activistas?
--Y sí, esa lucha te da ser, lo que se quiere es ser y sin ese ser, parece ser que eres como la huérfana de la vida, pero cuando te plantas y dices soy y ese soy es tan imperativo y tan afirmativo que quítate por favor porque ahí voy. Evidentemente que da y da la esperanza de transmitirlo a nuevas generaciones. Lohana, Diana y varias, hemos sido carne de cañón en distintos momentos de la historia. Cuando yo fui candidata a diputada (Federal, en 2003), la iglesia a rajatabla decía "con el maricón no", ni siquiera me nombraba como una persona trans, y demandamos a la iglesia. Eran momentos de poner el cuerpo, porque si no ponías el cuerpo, no eras tampoco. Se es en los momentos complejos y de carne de cañón y se es cuando las luchas están conquistadas. Entonces, da utopía por supuesto para una nueva generación que esperamos que tenga menos hostilidad. Falta caminar, pero en la medida que podamos compartir estos conocimientos, compartir experiencia. Yo también estoy aprendiendo mucho, ahora estoy en el Consejo Nacional contra la discriminación en México. Hasta donde nos de el cuero estaremos.
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