Miércoles, 13 de junio de 2007 | Hoy
CIUDAD › MENOR DETENIDO EN CORONDA, PERO NADIE LO SABIA
Heraldo V. fue detenido imputado de homicidio. Escapó del IRAR y fue nuevamente arrestado a los 19 y llevado a Coronda. Los jueces que atienden su causa no tenían registro de donde estaba.
Por Alicia Simeoni
Dos jueces provinciales, uno de Instrucción Penal y otro de Menores no tenían registro de que un joven que ahora tiene 19 años y contaba con la tutela del segundo, el magistrado Juan Leandro Artigas, estaba detenido en la cárcel de Coronda. Heraldo V. es un símbolo del desamparo y del olvido institucional en el que están tantos niños, niñas y adolescentes a pesar de las leyes nacionales e internacionales que señalan la responsabilidad de los Estados en brindarles protección. Heraldo está imputado por el homicidio de un policía, el sargento primero Orlando Martínez y hace más de un año que espera la sentencia por ese hecho por el que fue detenido en febrero de 2005. El chico estuvo en el Instituto de Rehabilitación del Adolescente Rosario (IRAR) de Cullen y Saavedra de donde se escapó. Tiempo después fue detenido por el intento de robo de una moto y como ya tenía 18 años intervino en el caso el juez Luis María Caterina, fue llevado a una comisaría, luego a Coronda pero también se lo declaró en rebeldía cuando el titular de Instrucción 3ª lo procesó y le mandó la notificación al domicilio de Almafuerte y la vía. Recién en mayo pasado cuando el joven pidió el traslado a Rosario todos se enteraron de cuál era su lugar de encierro. Ahora está en la Unidad penitenciaria Nº3.
Heraldo V. nació a fines de 1987 en un pequeño pueblo chaqueño y como tantos otros comprovincianos llegó a Rosario y pasó a ser parte de quienes habitan uno de los sitios de vida más dura en la ciudad, el barrio de la comunidad toba en Juan José Paso y Travesía. Cuando no había cumplido los diez años tuvo su primera causa de conflicto con la ley penal por un hurto al que siguieron otros hechos, entre ellos algunos robos calificados.
En febrero de 2005 cuando tenía 17 años fue detenido e imputado junto a una persona mayor por el asesinato del sargento primero Orlando Martínez, un integrante de la Asociación Profesional de Policía de Santa Fe (Apropol) muerto el 4 de febrero de 2005. En ese momento Heraldo fue llevado al IRAR y quedó con la tutela del juez Juan L. Artigas mientras se investigaba el hecho sobre el que alguna vez se dijo que era la expresión más terrible de una interna policial. En diciembre de ese mismo año el chico se escapó del IRAR y poco tiempo después, en febrero de 2006 se lo volvió a detener, en esa oportunidad por el intento de robo de una moto en la calle. Cuando el magistrado Caterina ordenó la detención surgieron sus antecedentes y la evasión del Instituto de la zona oeste de la ciudad.
Como Heraldo V. ya tenía 18 años siguió con la tutela de Artigas pero quedó también a disposición del juez Caterina y como ya había estado privado de su libertad se le mantuvo esa condición, pero fue derivado a una comisaría. No hay registros de cuándo o quién ordenó el traslado del chico al penal de Coronda donde estuvo hasta hace poco tiempo atrás. Pero el dato llamativo es que el juez resolvió su procesamiento por el robo, le remitió la notificación al domicilio de Almafuerte y la vía y como Heraldo no se presentó -porque estaba en Coronda- lo declaró en rebeldía.
En mayo pasado los dos juzgados se vieron sorprendidos. Heraldo remitió una nota desde la unidad de detención de Coronda por la que pedía su traslado a Rosario. Entonces vino la conmoción: nadie sabía que el ya joven de 19 años estaba en esa unidad del Servicio Penitenciario en una franca violación de las leyes internacionales y nacionales ya que debió estar protegido y no condenado en ese espacio de adultos. A partir de los 18 años podría haber estado en un penal para menores del servicio penitenciario "siempre y cuando tuviese condena" dijo a Rosario/12 la fuente de la Dirección de Menores en Conflicto con la Ley Penal que dio los detalles del caso y pidió especial reserva de su identidad.
Tanto fue el olvido hacia Heraldo que cuando recientemente se presentó un hábeas corpus correctivo por la situación de los chicos y adolescentes detenidos en el IRAR y en la seccional 1ª de policía, su nombre no figuró en esos registros.
Detenido en un instituto del servicio penitenciario, pasó un año y cuatro meses desde la última vez que fue apresado y desde mayo de 2006 en que terminó la investigación espera su sentencia. La fuente de la Dirección del Menor que dio detalles sobre los últimos años de la vida del chico señaló que no hubo asistente social, defensor ni familia que llegara hasta él "cuando un año en la vida de los jóvenes es fundamental". Ahora está en la UP 3.
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