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Domingo, 21 de octubre de 2007

SOCIEDAD › UN MINIMUNICIPIO DE MAS DE 100 MIL HABITANTES

Políticas públicas necesarias

 Por Sonia Tessa

Desde 2003, Susana Bartolomé está a cargo del Centro Municipal del Distrito Oeste, pero tiene un largo recorrido en el estado municipal. Primero fue concejala, y desde allí desplegó iniciativas pioneras sobre género y derechos de las mujeres, como fue el registro de deudores alimentarios, entre otros. En diciembre de 2001, cuando terminó su mandato en el Palacio Vasallo, quedó a cargo de la Dirección de Empleo. Durante las jornadas del 19 y 20 estuvo asignada temporalmente a la coordinación de Promoción Social del distrito oeste. Recorrió esas calles que por entonces eran un polvorín, y fue parte de la contención que se ofreció durante la crisis. Luego, desde Empleo, creó el programa de Huertas, y fue parte de la Mesa Consultiva con organizaciones sociales que administró los planes Jefas y Jefes de Hogar Desocupados. Dos años después aceptó el desafío de hacerse cargo del extenso minimunicipio con más de 103.000 habitantes, que ocupa el 22,5 por ciento de la ciudad. El desafío de su gestión fue promover la participación a través de la herramienta de democracia directa que es el presupuesto participativo.

El primer proyecto al que lograron darle una vuelta con los vecinos para que la comunidad pueda apropiarse de su ejecución fueron los cursos de informática. Con una incesante demanda de inscripción, trabajan con profesores del propio distrito, a partir de una formación brindada por el nodo Tau. Cuando estos cursos comenzaron, en 2004, para acceder a esos cursos en forma particular los vecinos debían pagar 100 pesos mensuales. Pero el distrito diseminó 8 centros de formación en distintas organizaciones sociales (vecinales y clubes), además de uno en el propio CMDO. Ese espacio, cuando no hay cursos, se convierte en un concurrido ciber café gratuito para la gente del barrio.

En la misma línea se inscribe la Red de Mujeres contra la violencia que desarrolla prevención, asistencia y contención entre las mismas vecinas. Al punto que fue este distrito el elegido para el proyecto "Ciudades seguras: violencia contra las mujeres y políticas públicas" ejecutado por la agencia de Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), y desarrollado por CICSA y el Area de la Mujer de la Municipalidad. También desde la perspectiva de la participación ciudadana se desarrolla el proyecto Educar para Convivir, destinado a erradicar los basurales desde la apropiación de los vecinos del espacio público.

La llegada de Bartolomé al distrito partió de un exhaustivo conocimiento de las organizaciones sociales de la zona. "Desde allí me propuse impulsar la participación, pero en ese momento no era sencillo porque estábamos en plena crisis del que se vayan todos", relata Bartolomé. Su concepto del Estado se desplegó en el trabajo que viene realizando. "Teníamos que dar el salto de salir del Estado al cual los sectores le demandaban para que las organizaciones pasaran a ser las protagonistas. Y a saber que a través del presupuesto participativo contaban con una herramienta para canalizar sus propios proyectos colectivos, que su opinión sería escuchada para resolver problemas", afirma.

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