Los peores temores se cumplieron ayer por la tarde en Arroyito: tal cual lo advertido por los interventores, los barras de Central produjeron serios incidentes, antes del partido de Primera, en las adyacencias del estadio. Las facciones en pugna se trenzaron a golpes de puño y priedrazos en Olivé entre Bravo y Leguizamón, a dos metros del estadio, protagonizando una batalla campal que dejó como saldo cuatro heridos de arma blanca, uno de ellos el barra Luciano Molina, que intenta derrocar del poder a Andrés "Pillín" Bracamonte. La versión policial dio cuenta de una trifulca de "70 personas", pero los testigos del encontronazo hablan de más de un centenar de violentos. El cuadro de salud de Molina sería grave, dado que fue capturado por los "Pillines" y recibió golpes de puño y patadas en el rostro. En el estadio no se registraron episodios de agresión, al igual que en la desconcentración de los hinchas.