Al tener Ñuls sus cuentas bajo supervisión judicial la directiva cuenta con recursos acotados al momento de contratar jugadores para el primer equipo. Todos los refuerzos llegados al parque Independencia bajo la gestión de Guillermo Lorente fueron a condición de préstamo, muchos de los cuales sin cargo, asumiendo la entidad el pago de los respectivos contratos del jugador. Entre las prioridades del técnico Javier Torrente se encuentra la necesidad de sumar a un delantero de área, de esos que hacen goles. Pero como en fútbol los goles cotizan en miles de dólares, la Comisión Directiva negocia la intermediación de un grupo inversor que acerque el dinero para resolver el problema del entrenador. La intención es que los inversores compren parte del pase del delantero Carlos Bacca para luego cederlo a préstamo en Ñuls. El riesgo de la inversión no la correrá el club, dado que la institución no tomará ningún crédito, sino que ofrecerá su camiseta como trampolín para elevar el valor de los derechos económicos del jugador colombiano, que al fin de cuenta es lo que persiguen quienes acercan el capital.