Un panel impulsado por CTA Rosario y la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud convocó el jueves pasado a impulsar la Declaración de Emergencia en Niñez y Juventud. "Venimos acompañando a la familia de David Moreira, que se sintió desolada. Muy pocos los acompañamos", dijo Facundo Peralta, integrante de la Asamblea, quien fue el encargado de proponer la medida. David Moreira fue asesinado a golpes en barrio Azcuénaga a fin de marzo pasado. Por si fuera necesario, Peralta subrayó que "los pibes son rebeldes porque son pibes".

"Tenemos una visión de lo desguarnecidas que están las políticas de niñez y juventud, sabemos de las bandas de delincuentes que tienen como mano de obra esclava a la niñez y juventud de los barrios populares", arguyó el militante. La intención de la Asamblea es llegar al Concejo y la Legislatura para impulsar la Declaración de Emergencia. "La única forma de hacernos visibles es estando en la calle" y para eso llamó a "a la unidad de los movimientos sociales y políticos". Consideró que "para poner el centro de la cuestión a pibes y pibas, hay que defender un proyecto colectivo".

Del panel participaron el escritor y periodista Carlos Del Frade, que se refirió al "estado corrupto" que está presente en los barrios y enmarcó la situación de niños y jóvenes en el proyecto de Estados Unidos para América Latina. "La tragedia la pagan nuestros pibes", dijo. En tanto, la integrante de la Multisectorial de Trabajadores de Niñez y Juventud, Laura Rodríguez Costello, marcó la precariedad de los trabajadores que tienen a su cargo las políticas sociales de niñez y juventud. Oscar Lupori, referente del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, trazó una postal del barrio Fisherton (pobre) donde hace su tarea social hace 40 años. Gustavo Brufman, de la CTA, dio el marco político y Eduardo Trasante, padre de Jeremías, una de las víctimas del Triple Crimen de Moreno y de Jairo, asesinado en febrero pasado, a la salida de un boliche, hizo llorar al auditorio. Contó que Jairo, un día antes de morir, escribió una poesía. "Cómo quisiera que el futuro llegue y que el presente cambie. Porque el dolor lo aguanto y aún rebalso (...) Un futuro que nadie tendrá", había puesto el adolescente, de 17 años, en el facebook, 24 horas antes de quedarse sin ese futuro.