El clásico en el Gigante de Arroyito, a diferencia del anterior, culminó casi sin incidentes. Unos mil policías, 700 efectivos en el estadio y alrededores y unos 300 más, contando jefes, en otros espacios de la ciudad, formaron parte del operativo. Trascendió que en el estadio hubo dos hinchas que terminaron hospitalizados: uno por sufrir un infarto y otro porque cayó cuando trepaba a un muro en su intención por colarse. La policía detuvo a diez personas tratando de hacer lo mismo. Antes del inicio del encuentro, la Brigada de Explosivos de la Unidad Regional II secuestró gran cantidad de pirotecnia e incautó bebidas alcohólicas. En las redes sociales, en tanto, se repitieron las quejas por la existencia de entradas falsificadas. Los 40 mil hinchas que llenaron las tribunas ingresaron con mucho tiempo de antelación, y cuando faltaba más de una hora para el árbitro Diego Abal pitara el inicio ya no cabía un alfiler. En ese momento, en las afueras se vivieron algunos momentos de tensión entre las personas que querían ingresar con tickets falsos, pero también con quienes poseían entradas válidas.