"Si te gustó hacerlo, ahora bancatela", es una de las frases repetidas por trabajadores de la salud cuando las mujeres se quejan por los dolores de parto. Otra variante es: "Si te gustó lo dulce, bancate lo amargo". No son las únicas expresiones denigrantes, dichas en situación de asimetría de poder y vulnerabilidad de las pacientes. Las situaciones más complejas se producen cuando las mujeres (siempre pobres) acuden a los hospitales con complicaciones de aborto provocado.

La historia de una joven que llegó a un hospital de Rosario tras pegarse un tiro en el abdomen por un embarazo no deseado fue la que provocó la investigación publicada en 2003 por el Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (Insgenar) y el Comité de Latinoamérica y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem). Ella relató tres momentos de maltrato, cuando estaba en terapia intensiva, muy delicada de salud, y se negaron, por ejemplo, a ponerle una chata, provocándole tremendos dolores por el esfuerzo de hacerlo ella misma. Pero la paciente aclaró que "ahí todo el mundo te trata mal".

Sobre los malos tratos, la coordinadora nacional de Cladem, Gloria Schuster, afirmó que en los servicios de salud no se tiene en cuenta el saber de las mujeres en situación de parto, ni se respeta su derecho a la información y a la atención. "En las mujeres el maltrato está focalizado en negarles la autonomía sobre su propio cuerpo", opinó.