La palabra libertad se repite al preguntarle a todos los trabajadores del Rich sobre la diferencia entre el trabajo "bajo patrón" (como ellos le dicen) y la actual situación. Ramón Maidana trabaja desde hace 12 años en el Rich. Forma parte del sector de producción y fraccionamiento de los alimentos, y le pone palabras a la diferencia. "Hay mucha libertad, no hay casi presión. Trabajamos con tranquilidad, pero por supuesto con responsabilidad, porque esto depende de nosotros", afirma. Tiene 52 años, y antes de la quiebra tuvo un accidente. Se cayó del colectivo cuando iba a trabajar, y se afectó la columna. Estuvo dos meses sin percibir su sueldo. "Fue demasiado duro. No cobré febrero ni marzo, y en abril sucedió todo esto (se refiere al cierre). Estaba en reposo, pero me vine para acá", contó. Se integró a una resistencia que duró 37 días, desde el 24 de marzo, a la madrugada, cuando ingresó un oficial de justicia para hacer efectiva la quiebra, hasta el 1° de mayo, cuando reabrieron como cooperativa. La madrugada en que estuvieron a punto de perder la fuente de trabajo hubo una cadena que funcionó rápidamente. A las 3.15 ya estaban todos en el lugar, decididos a defender en la calle el trabajo que se habían ganado en el comercio.