Viernes, 4 de junio de 2010 | Hoy
MI MUNDO
Adorado y despreciado, objeto de una mística de transgresión y un ejército de celebridades que lo adoró, Robert Mapplethorpe es uno de los fotógrafos y activistas de la erótica queer más importantes del siglo XX. Ahora tiene su primera retrospectiva en Buenos Aires, Eros and Order, en el Malba.
Por Isabel Piron
No fue la Polaroid, ni los mil falos, ni esos negros dispuestos para la foto con músculos y penes grandes como manda la tradición. Ni las celebridades del momento tan benefactoras, tan facilitadoras de la fama, ni la flacura de Patti Smith, ni las extremidades hipertrabajadas de Lisa Lyon. Tampoco le dio su celebridad la relación con Sam Wagstaff, curador y amante que en los tempranos ’70 lo lanzó a las primeras galerías. Ni que en los ochenta post Stonewall a los galeristas se les abriera el ojo para exposiciones eróticas, ni que se les cerrara luego en los ochenta post sida y lo acusaran de facilitador e incluso provocador de transmisiones mortales, por sus portfolios celebrantes del SM.
Fue el ojo cool de Mapplethorpe el que logró todo esto. Distancia y clasicismo para poner en evidencia lo que no se quiere ver pero se sabe, el cliché convertido en objeto de deseo. Olvido rasante de la originalidad y también desprecio por la serie dio personalidad a esta obra única y reconocible a su vez en tantas que vinieron luego. Ya no son los negros o los pobres o los despreciados de George Dureau, su antecesor en este tipo de retratos, sino otros negros, fragmentos de estatuas pero ahora con piel densa, revisitados sin piedad y sobre todo con sentido del humor. Alevosía y risa sardónica, eso tiene incluso en el más pretencioso registro del SM o sus dramáticas sesiones de autorretratos. Blanco, burgués, homosexual, más allá del orgullo que siempre enarboló por haber nacido en Queens, los suburbios, Mapplethorpe devolvió a la mirada burguesa su set completo de fetiches. Algunos se escandalizaron (sus retrospectivas realizadas poco después de su muerte a fines de los ochenta le costaron el puesto y la libertad a más de un curador) y algunos se sintieron ampliamente identificados. Y con estas dos cosas tan obvias y necesarias, tuvo su merecido este fotógrafo que renegaba de la fotografía como forma subsidiaria y pretendía a toda costa ser considerado un artista de verdad.
Desde hoy y hasta fines de agosto, Malba - Fundación Costantini presenta Robert Mapplethorpe. Eros and Order, la primera retrospectiva que se lleva a cabo en nuestro país. La muestra exhibe una selección de 130 fotografías producidas entre 1975 y 1988, provenientes de la Fundación Mapplethorpe de Nueva York, Estados Unidos. Se incluyen sus famosas series de naturalezas muertas con flores, esculturas, desnudos de hombres y mujeres, imágenes homoeróticas y sadomasoquistas, retratos de artistas y celebridades como Patti Smith, Arnold Schwarzenegger, William Burroughs, Susan Sontag, Carolina Herrera, Louise Bourgeois, Andy Warhol, Annie Leibovitz y Cindy Sherman, entre otros, además de sus célebres autorretratos.
Nobleza obliga, los organizadores acotan que el único antecedente de una muestra individual en la Argentina es la exposición realizada en la Galería Klemm en junio de 1992. Entonces fueron 24 fotografías de sus famosas flores, retratos de la físico-culturista Lisa Lyon, autorretratos y desnudos de hombres negros, pertenecientes a la galería Robert Miller de Nueva York. Una vez finalizada la exposición, Federico Klemm compró algunas de las fotografías, de las cuales cuatro están actualmente expuestas en su fundación.
Robert Mapplethorpe nació en Nueva York en 1946. Estudió dibujo, pintura y escultura en el Pratt Institute de Brooklyn entre 1963 y 1970. Influenciado por artistas como Joseph Cornell y Marcel Duchamp, experimentó con varios materiales y realizó collages utilizando fotografías recortadas de libros y revistas. En 1970 adquirió una Polaroid y comenzó a realizar autorretratos para incluir en sus composiciones. Polaroids, su primera exposición individual, tuvo lugar en la Light Gallery de Nueva York en 1973. En 1976 adquirió una cámara Hasselblad de formato medio y se dedicó a retratar a su círculo de amigos y conocidos: artistas, músicos, estrellas pornográficas, figuras de la alta sociedad y miembros del movimiento sadomasoquista under. También trabajó en proyectos comerciales: creó el arte de tapa de Patti Smith y Television y tomó retratos y fotografías sociales para Interview.
Acusado por derecha y por izquierda de alguna suerte de degeneración, aun muerto Mapplethorpe resultó molesto aunque no por eso, tan mainstream, tan objeto deglutible. Sus numerosas retrospectivas por el mundo y los trabajos críticos que suscitó en otros artistas, poetas y filosos filósofos, prueban que sus imágenes fueron más leídas que miradas. Para quien necesite pruebas legales, está la anécdota que protagonizó Dennis Barrie, director del Contemporary Art Center acusado de obsceno cuando se negó a cerrar la exhibición en Washington donde el Portfolio X de Mapplethorpe aparecía como la piedra de la discordia. Expertos en arte fueron convocados para convencer al jurado de que el interés del fotógrafo no se centraba en lo sexual sino en el lado estético de esos cuerpos comprometidos en prácticas sadomasoquistas y felaciones. Mucho más se tardó en comprender que ni las poses, ni los modelos, ni los deseos, ni las acciones habían desatado ninguna epidemia.
Pocos meses antes de morir enfermo de sida en 1989, Robert Mapplethorpe creó su Fundación con el objetivo de “elevar la fotografía al nivel de las demás artes”. Una semana antes, agregó como segundo mandato, dedicar gran parte de los fondos a la investigación médica dedicada al VIH/sida.
Robert Mapplethorpe en el Malba. Figueroa Alcorta 3415
Hasta el 2 de agosto. Curadora invitada: Anne Tucker. Visitas guiadas: miércoles y viernes 17 hs; domingos 18 hs.
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