Viernes, 4 de junio de 2010 | Hoy
RECITAL
La selección mayor del Festival Cancionera se juega todo hoy a la noche en Casa Brandon
Por Juan Tauil
Como aquelarre o grupo de chamanas, cada año un grupo de cantoras se junta para armar Cancionera, festival hecho por mujeres. Juana Chang, de Cumbia Queers, y Martina Vior organizaron el encuentro en 2006, en la plaza Armenia, bajo el nombre Festilinda, nombre simpático, pero que por traer reminiscencias de televisión en sintonía con la dictadura, fue dejado de lado. Nunca imaginaron que estaban pariendo un festival de veras, que se iba a repetir al año siguiente en el auditorio de Radio Nacional con un desfile de 20 cantautoras y transmisión a todo el país. Hubo reedición cada año, incluido éste, que cantaron en Rosario para el Día de la Mujer.
Hoy se presenta la “Selección Mayor” de ese mismo festival en la Casa Brandon, auspiciadas por Gabutti, una marca de fernet alternativo, un microemprendimiento rosarigasino que promete aportar un poco de absenta a un show de por sí ecléctico por la variedad de sus participantes.
Todas coinciden en que la elección del repertorio es un tema complicado. Cada una quiere darse a conocer. Pero lo cierto es que terminan cantando todas con todas. Como la vez que Susana Russo repartió pelucas de colores como si se tratara de un show travesti en pleno Palermo.
Valeria Cini, cantora porteña que investiga la música fusión de ritmos rioplatenses con Brasil, habla en sus canciones de los viajes geográficos y de los otros, de las transformaciones, y para ello echa mano a los sonidos de los estuarios, donde el agua del río se mezcla con la del mar. De ahí surgen canciones como “Trapinho”, “Guaranha”, canciones en portuñol plagadas de juegos de palabras. Aunque hay mayoría de mujeres en el público, a Valeria no sólo le interesa ver la reacción del público femenino sino también el masculino. “Los chongos se ponen sensibles. Tampoco es música para jóvenes o para viejos. En la pérgola, por ejemplo, unas señoras mayores pedían bises y aplaudían a rabiar; la idea es trascender géneros, generaciones, ritmos y estéticas.
La “Selección Mayor” es muy ecléctica: Valeria Cini juega en escena, canta con mucha energía, entrega, es una mezcla rockera de Ney Matogrosso con Edith Piaf; Juana Chang con su estilo folkie-punkie, descontracturada, con reminiscencias de cumbia barrial, hace participar a todas con su canción “Rodrigo Cabrera”, un chico del que estaba enamorada en la primaria y que una vez encontró en el supermercado y se escondió. Mercedes Ianniello, rosarina, es la más romanticona, sus canciones dicen que todo es perfecto, que todo puede pasar, pero el lenguaje es rockero y aun así no dejan de gustarle los brillos ochentosos, new romantic, las chicas de la audiencia se ponen cariñosas cuando ella canta y ella misma asegura haber formado varias parejas. Otra de las invitadas rosarinas, Valei, pone la feminidad en escena mediante gasas, tules, flores... Inspirada en el tango y Latinoamérica en general, mezcla entre la Merello y una chica Almodóvar, compone música con raíces latinoamericanas con un tema principal: la mujer. Su canción-mantra “¿Por qué siempre soy la madre?” repite todo el tiempo esa misma pregunta y ejerce una profunda influencia en la audiencia. Contraste total con su coterránea Florencia Croci, rockera con viola en mano, imagen imborrable desde sus primeros pasos en la banda Cambio de Hábito. Martina Vior, dulce y armónica, deslumbra con su sencillez y sus recursos musicales simples, pero efectivos.
Las cancioneras cantan lo que les pasa, desde ese punto de vista femenino, ese tercer ojo y lo traducen en letras que gustan a todos por igual.
Todas las participantes de Cancionera resaltan el espíritu festivo y de reunión, la presencia familiar es muy importante para el festival: niños que corretean entre los bafles, padres y madres chochos que se acercan desde temprano con el mate en la mano, hermanos y hermanas, todos van a escuchar lo que estas mujeres artistas tienen para dar. Ser cantora, cancionera, no es lo mismo que ser cantante. El cantante es intérprete; las cantoras son trovadoras, como le gusta definirse a Florencia Croci, que disfruta contando y cantando lo que le pasa por todo el país, sin importarle el número ni la audiencia. Ser cancionera significa tener la intención de comunicar algo, compartir creencias, lazos que nos saquen de la soledad mediante la canción. La definición de Chang completa esta idea: “Somos cantoras porque cantamos lo que le pasa a la gente, como hace Chavela Vargas... algunas compañeras andinas... estamos con el pueblo!”.
CANCIONERA SE PRESENTA HOY A LAS 21 HS
EN CASA BRANDON, L. M. DRAGO 236
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