Viernes, 11 de junio de 2010 | Hoy
LGBTTI
Por Fernando Rodríguez*
Hoy me miro en el espejo, no soy el mismo de hace diez años, ni siquiera el mismo de ayer. Siempre hay algo naciendo y muriendo dentro, a cada paso después de un cimbronazo de la vida.
¿Qué soy? Ni masculino, ni femenino, no como el binarismo heterosexual lo concibe, no estoy, ni quiero estar dentro de los cánones de tales comportamientos.
Hace ya un año que milito en el ExD (Encuentro por la Diversidad) y siempre estuve preocupado por demostrar, luchando para que se reconozca mi masculinidad, discutiendo con la familia, siempre tratando de “convencer” a los demás, borrando todo rastro de femineidad que quedara en mi. Fue entonces que me di cuenta de que estaba dejando de ser yo mismo, tratando de convencer a otros.
Han sido muchos procesos durante estos diez años. A los 25, me encontré cuestionando esa imagen que el espejo me devolvía: ¿y ahora qué vas a hacer?
Me busqué por todos lados, deambulando por cuerpos, caricias, besos y al final, me encontré…. Estaba un poco golpeado, con cicatrices de heridas producto del quirófano y otras del siempre anhelado amor.
Huérfano y desterrado, miré los senderos del laberinto y me puse a andar y en uno de esos senderos, sin querer, encontré otro tipo de familia.
Esa familia nunca pensada, con muchos padres y diferentes madres, amigos/hermanos que sin dudar te abren las puertas de sus casas y corazones.
Aceptado y reconocido, quizás ese sea el mayor acto de amor que se le puede dar a otra persona o a uno mismo.
Estar en transición física y emocional me ha revolucionado y ha movilizado a personas que jamás creí que pudieran comprenderme.
No me arrepiento de haber comenzado con este proceso, que lejos esta de concluir, los obstáculos de los que hablan, que pasamos las personas transexuales son reales: intolerancia familiar, angustia, depresión, aislamiento y marginalidad social.
Se me ha hecho y se me hacen difíciles muchas veces estas batallas sociales, pero las peores son las que tengo conmigo mismo, fantasmas llenos de esos bagajes prejuiciosos de mi crianza. Miedo a lo diferente, miedo a que yo soy distinto y de comprender, que está bien ser así.
He cometido muchos errores, pero conocer la variedad de pensamientos, marchar por primera vez por la diversidad con tantas personas, cuando creí muchas veces (y todavía ese sentimiento me asalta en ocasiones) estar solo. Sigo a la expectativa de más, dispuesto a seguir aprendiendo de los demás, a escuchar y comprender.
Estar siempre al medio de todo: heterosexualidad, diversidad, normatividad, revolución sexual, ser “hombre” o “mujer” como la sociedad dictamina que lo sea, física y emocionalmente… o simplemente ser, yo mismo.
Me reivindico después de la maravillosa montaña rusa que ha sido el 2009 como un hombre transexual, no reniego de lo que siento. Me reconcilio con mi diversidad y la abrazo, quiero que mi parte femenina me acompañe en este recorrido.
Elijo ser yo mismo, un mutante de ideas y pensamientos, constantemente en tránsito, trabajando en la aceptación de mis vaivenes y el de los demás, tratando de erradicar mis porfiadas, que con la edad son mas frecuentes, pero tener la opción constante de elegir, quien quiero ser hoy.
Que la vida sea un camino en el que transitemos, transformando, transgrediendo y mas…
* Hombre Transexual (Mutante orgulloso de serlo)
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