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Antes que nada quiero decir que me parece que tanto el debate como el logro de que acepten esta ley sirvió para conocernos más, para terminar de saber quién tenía la careta puesta, quién la tenía guardada en la mesa de luz para ponérsela en una reunión social, no sea cosa que por defender la aceptación de la ley quedara como el puto de la mesa. Y también quien decía no tener ninguuún problema sobre el tema, ocultando su opinión fascista para seguir zafando.

Y muchos nos pusimos contentos, muchos. Y en algunos lugares del mundo también festejaron. Hay quien me dijo que era sólo una estrategia política para sumar puntos, para ser votados. Y qué me importa, la ley salió para quedarse, al que no le gusta que se joda, qué tanto.

Esta ley nos enfrentó, nos enredó en debates desgraciados. Los evangelistas que me dan repeluz actuando como zombies, protestando como si fueran protagonistas de Thriller de Michael Jackson, la iglesia desgarrándose las vestiduras metiéndose en temas que no le competen ya que ningún cura está ni puede estar casado. ¿Qué hablan de matrimonio, qué hablan de criar hijos, qué hablan de pecado?

Mirtha Legrand preguntándole a Roberto Piazza si no pensaba que un hijo en manos de putos corría el riesgo de ser violado. Y siguió el puterío desagradable en contra de una ley que sólo se encargó de igualar los derechos de todos los ciudadanos.

El que pelea por el Martín Fierro de Oro de la homofobia con Mirtha Legrand y muchos más es ese tal Olmedo, el político salteño que dijo: “Tengo la cola cerrada y la mente abierta”. El legislador salteño dispara contra el matrimonio homosexual porque “destruye la sociedad”, jajaja, haceme reír, la sociedad ya está destruida en parte y no porque los putos podamos casarnos. El legislador salteño que predica “familia y tradición”, el lema inmaculado, y que fue fotografiado en el famoso cabaret Cocodrilo. Mirá vos qué coherencia y qué principios carajo. Que desgraciadamente ni el famoso Cocodrilo ese se lo pensaba comer, porque le debía dar asco, si lo comía lo vomitaba, eso estaba asegurado.

Yo tengo el culo bien roto y la mente más abierta que la bocota de ese payaso fascista y mediático. Eso siento en este aniversario, eso, que nos conocimos más, aunque nos joda y nos duela. Más allá de las opiniones más diversas, discutir te limpia, resolver, poner las cartas sobre la mesa... eso.... Poner las cartas sobre la mesa. Y la verdad, en este juego triste en cuanto a la aceptación de la ley les rompimos el culo a más de uno... dicho sea de paso.

Pero digan lo que digan el partido duro y sin tregua, por ahora, lo tenemos ganado.