Viernes, 19 de octubre de 2012 | Hoy
SOY POSITIVO
Por Pablo Pérez
Desde que recibí aquel mensaje en el que, sabiendo que soy seropositivo, X me proponía que lo cogiera sin forro y le diera mi leche, tengo una duda que desde hace varias semanas intento despejar. X, a quien apodé “Torito” por el buen estado de salud, la robustez y la fuerza que denotan sus fotos, me dice que nunca usa preservativos para coger porque adhiere a la teoría difundida por médicos e investigadores disidentes según la cual el VIH no existe. Me pregunto entonces qué representa sino al virus aquella imagen de una esfera similar a un abrojo que ilustra la mayoría de los artículos sobre VIH/sida que vengo leyendo desde 1990, cuando me enteré de que estaba infectado. A lo largo de los años me fui amigando con aquella imagen, porque sentía que ése era el virus con el que iba a tener que convivir durante toda mi vida, o al menos hasta que apareciera una cura. Me pregunto además por qué me asalta esta duda recién ahora, si desde las primeras declaraciones del hoy esfumado médico argentino disidente Eduardo Leschot, allá por el año ’95, me la paso leyendo artículos, mirando videos de YouTube y películas sobre las diferentes posturas de los médicos e investigadores que sostienen que el VIH no existe o que si existe no es la causa del sida. El virólogo disidente Stephan Lanka, en un reportaje publicado en el blog Disidencia del sida, explica que el VIH nunca fue aislado ni fotografiado según lo requiere el método científico. Para entender todos sus argumentos, uno tendría que ponerse a estudiar biología. La cuestión es que el tipo de afirmaciones como “El VIH no existe” sirve como argumento para quienes prefieren no usar preservativo, sin evaluar a fondo cuáles son los riesgos de infectarse o infectar a otrxs. En casos extremos llega a ser nociva para toda una población, como fue el caso de Sudáfrica, cuando durante su presidencia, entre 1999 y 2008, Thabo Mbeki adhirió a las tesis negacionistas, y el Estado dejó de proporcionar tratamientos efectivos contra el VIH, lo que provocó cientos de miles de muertes debido al sida (Wikipedia, “Negacionismo del VIH/sida”).
Torito se basa, para justificar su decisión de coger a pelo, en la postura de Roberto Giraldo, uno de los médicos disidentes que sostiene que el VIH no existe. En un reportaje disponible en YouTube, Giraldo afirma que las causas de la inmunodeficiencia son cinco: químicas (drogas, contaminación del aire), físicas (campos electromagnéticos, uso de celulares), nutricionales (mala alimentación), mentales (ansiedad, depresión, miedo, etc.) o biológicas (agentes de origen vivo, infecciones por bacterias, hongos, virus o exposición a semen). Al menos Giraldo, se trate de un virus o no, admite que la inmunodeficiencia puede tener como causa la exposición al semen. Creo que esta parte Torito no la escuchó, o no le importó. En cuanto a mí, me hago a la idea de que esa imagen con la que me había familiarizado y que representa al VIH no tiene rigor científico pero, por si acaso, sigo cogiendo con forro.
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