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Gallo expone videos, pinturas y fotos en las que amplifica hasta la obsesión los fragmentos hasta que se vuelve posible confundir un plano detalle de penetración con un paisaje. Para algunas obras de esta muestra lanzó una convocatoria en Facebook, invitando a posar desnudo ante su cámara. Los voluntarios van desde su novio hasta amigos de amigos. Casi en plan antropológico, documentó los encuentros y las conclusiones en un Diario de Artista en el que pueden leerse apuntes como: “29 de mayo. Beto, un cuerpo muy amigo. Fotos sacadas con comodidad, pero con el constante pedido de Beto de indicaciones. Con Edu (su marido) detrás, respondiendo a su pedido de directivas y mi lente girando alrededor de su cuerpo. Acercamientos cuidados sin superar los límites del triángulo que habíamos formado para esta sesión”. El cuerpo del espectador (y también la idea que el espectador tiene de su cuerpo) se vuelve obra de muchos modos, como cuando la muestra invita al visitante a dibujar su propio culo y depositarlo en una urna, o a sacarse una selfie y subirla de inmediato desde la sala hasta una página de Facebook. María Badowski fragmenta, amputa, troza, trunca y amarra; enlaza y pincha con la aguja o la punta del lápiz, abriendo un canal para los injertos, para generar nuevos cuerpos que al final son el mismo.

Hasta el 8 de julio. Sala de Exposiciones de la Legislatura porteña, Perú 160

“Mi meta es que de esas imágenes sólo quede la piel y su forma, quito cabezas, sexo, pelo, ropa; porque son materialidades llenas de significados. Busco transformarlos en una masa amorfa, vaciarlos (...). Operarnos, engordar, adelgazar, embarazarse, cambiarse de sexo, sacarse y ponerse un corpiño o un pantalón ajustado, nos transforman. Uso fragmentos de prendas de vestir porque son algunos de los elementos que pueden tanto unificarnos como individualizarnos.”

María Badowski

“Trabajo con la figura homoerótica, repetida por cientos de posters, revistas y películas que nos han estimulado de manera más o menos prohibida en los años del despertar sexual. Esta muestra es una pregunta por el erotismo del presente, pero también un homenaje a la cultura gay de mi adolescencia (ahora tengo 40): los VHS, las revistas Playgirl, los iconos pornostar como Jeff Stryker, la estética beefcake y los fotógrafos como Bob Mizer.”

Sebastián Gallo