Viernes, 12 de junio de 2015 | Hoy
Por Gustavo Lamas
Jamie XX
In Colour
El responsable detrás de las perillas, teclados y ritmos del trío inglés XX, vuelve a la carga en plan solista. Su disco colaboración con Gil Scott Heron We’re New Here, sus remixes y dj sets anunciaban por dónde podía rumbear su sonido. Reconocido entusiasta de la música rave, grime, U.K. funky, dubstep y otros subgéneros, vuelca todos esos colores en su nueva aventura musical. Jamie Smith recurre al sampler para tomar muestras de aquí y de allá, y ensamblar en sus canciones. Sus compañeros de ruta no lo dejan solo y ponen sus voces al servicio de algunos de los mejores pasajes del disco. Romy Madley-Croft susurra sobre el break beat de “Seesaw” y canta a la Tracy Horn en la pegadiza “Loud Places”. Su coequiper Oliver Sim le pone voz a la balada “Stranger in a Room”, mientras Popcaan and Young Thug mezclan sus voces en la canción más border del disco, “I Know There’s Gonna Be (Good Times)”, casi un reggaeton inaudito para este inglesito que se viste siempre de negro.
Lotic
Hetero
cetera
Lotic es el nombre que utiliza J’Kerian Morgan para editar sus discos. El artista de Houston se mudó a Berlín, la ciudad por excelencia de la música electrónica, y no la pasó nada bien y, hasta lograr adaptarse, atravesó una transición desbordada de ansiedad. Algo de esa angustia se vislumbra en Heterocetera, su primer disco para la muy recomendable disquera Tri Angle que, ya desde el título, anuncia que lo suyo no son los géneros impuestos sino ir más allá. En el tema que da nombre al álbum, transforma los gritos tribales del himno voguing de “The Ha Dance” de los Masters At Work, en un batifondo de pajarracos y ritmo quebradizo. En la sobrecogedora “Slay” traduce su estado melancólico en sonidos. Los cortes y quebradas de “Phlegm” parecen compuestos por un Aphex Twin negro y no tan intelligent y “Underneath” es puro tecno de suspenso, como si Hitchcok hubiera podido contar como banda de sonido con los pioneros del tecno Detroit.
Anthony Naples
Body Pill
El norteamericano Anthony Naples nos viene sorprendiendo con su música para la pista editada en diferentes sellos. Este 2015 finalmente concreta su primer álbum para la escudería Text Records, propiedad del talentoso productor inglés Four Tet. Desde el primer sonido se vislumbra que la idea es alejarse de la música para clubes, sin dejar totalmente de lado la rítmica y el groove del house, que aparecen dispersos a lo largo del álbum. Anthony se pasea por diferentes estilos desde el pop ambient humeante de “Ris”, a las cuerdas celestiales de “abrazo”, el beat quebradizo y las melodías zizagueantes de “Changes”, el minimalismo de “Way Stone”, el riff de sintético a lo Gary Numan de “Use to Be” y “Miles”, que pasa del ritmo tribal a una melodía melancólica que pone el broche a un viaje escurridizo y tirado de cabeza a la pileta de las texturas más rugosas.
Leandro Fresco
El Reino Invisible
Wolfgang Voigt es una de las cabezas del sello alemán Kompakt junto a Michael Mayer. Este año decidió abrir un nuevo subsello dedicado a la música ambient, género que siempre tuvo su lugar en la discográfica a través de diferentes artistas. La idea es parar la pelota en medio del vértigo de la época donde todo se procesa rápidamente, para focalizar en obras que van más allá de la necesidad de la pista de baile y rescatan el ADN del pop. El elegido para inaugurar la serie es nuestro Leandro Fresco, injustamente más reconocido por la prensa local por su trabajo junto a Cerati que por el peso específico de su obra. Casi a dos décadas de su debut Cápusla, Leandro retoma la senda del ambient de alto vuelo en este nuevo disco. Como dice el mismo Voigt, “el ambient puede ser muchas cosas a la vez: pureza, oscuridad, luz, suciedad, armonía”, y por todos esos estados nos hace pasar El Reino Invisible.
Linkwood
Expressions
Linkwood es el proyecto del productor escocés Nick Moore, que este año editó su segundo álbum para el sello británico Firecracker Records. Una exploración por diversos pulsos, paisajes sonoros e intensidades, yendo de la pista al living, que apunta más al clasismo tecno y house que viene sonando en nuestras cabezas ya hace décadas y lejos del experimento insondable o la pretensión de ser la gran cosa nueva. Un viaje sonoro placentero que nos conduce desde las desérticas “Sonrise” y “Outside”, a las melodías juguetonas de “Off Kilter”, nos levanta con el subidón tecno hipnótico marca Detroit de “Object”, ideal para precalentar cualquier pista de baile, calma con el ambient de “Minus 12”, nos envuelve en el house profundo de colchones suavestars de “Ignorance Is a Bliss” y “Expressions” y nos deja en el aire con la suavidad y el pulso tenue de “Love Lost” que recuerda aquel “1,2,3 (no gravity)” de los Closer Musik.
Frankie Knuckles
House Masters
Al cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento el pasado 31 de marzo, el sello Defected editó esta recopilación definitiva en la que se encontraba trabajando el mismo Frankie poco antes de su partida. El conocido como padre del house atravesó con su música cuatro décadas. Su legado seguirá influyendo a todo aquel que quiera relacionarse a través de la música house, bautizada así justamente por el club de Chicago The Warehouse donde Frankie hizo su primeros palotes, a fines de los ’70. Su sonido fue reproducido por miles de dj alrededor del mundo. Esta recopilación reúne sus producciones más influyentes y los himnos que han animado las pistas durante años: “Your Love”, “Tears”, “The Whistle Song” y “Baby Wants to Ride”, junto a sus remixes de artistas tan diversos como Alison Limerick, Inner City, First Choice, Pet Shop Boys y hasta Hercules & The Love Affair, en los que supo dejar su huella.
Shamir
Ratchet
El año pasado lo recomendamos fervientemente con apenas un puñado de canciones editadas y dejamos un signo de pregunta a la espera de su primera obra de larga duración. No se hizo rogar demasiado y con sus 20 años, el chico de voz contratenor del norte de Las Vegas, Shamir ya tiene su primer álbum bajo el brazo confirmando credenciales y ganas de ir por más. El productor y coautor de la mayoría de los temas, Nick Sylvester, acierta a la hora de orientar el sonido para el lado del house más sintético sin dispersarse en diferentes estilos, dejando que la voz de Shamir brille siempre y sin caer en el pop empalagoso de algunos de su singles previos. Aunque aún le falta carretear y siga siendo un atrevimiento compararlo con Prince, Michael Jackson o Grace Jones, su disco ya genera un consenso entre la prensa musical similar a la irrupción de los Hercules & The Love Affair y Disclosure en su momento. Número puesto a la hora del resumen de discos del año sin dudas.
Palmbomen II
Palmbomen II
El productor electrónico holandés Kai Hugo da vuelta la página a su proyecto Palmbomen a secas, en el que colaboraba con otros músicos, para agregarle el númerito romano II y encarar un proyecto en solitario. Mudado de Berlín y a la espera de una visa para rumbear hacia Los Angeles, Kai se encerró en el altillo de la casa de su madre en Rotterdam para grabar este disco de paisajes sonoros low fi inspirados en su compulsión por la serie X Files. El disco fue grabado como en los viejos tiempos precomputadora con sintetizadores y secuencers sin retoques. El resultado: una banda de sonido imaginaria que pasa del ambient al tecno con una pátina de VHS desgastado. Palmbomen quiere decir Palmera en holandés. Hace referencia a la palmeras falsas con las que Kai podía toparse en las piletas de su Holanda natal. Quizá la nostalgia por aquel paraíso plástico sirve como metáfora para describir su música.
Fort Romeau
Insides
El productor londinense Mike Greene es el cerebro detrás del proyecto Fort Romeau que supo ganarse un lugar en el firmamento de la música para clubs gracias a su primeras ediciones en el imprescindible sello de Los Angeles, 100% Silk. Insides es su segundo álbum y el primero de la mano de Ghostly International. Sin apartarse del house y aportando su particular visión del género, Greene aparece más sólido que en sus ediciones anteriores, con un sonido destilado y simplificando sus ideas para que todas las piezas encajen sin barroquismos ni turbulencias. Insides propone un recorrido por distintos estados y puede transportarnos del house profundo, plagado de coros susurrantes y crescendo de piano de “All I Want” a la robótica moroderesca “Not a Word”, pasando del ambient casi new age de “IKB” para desembocar en las melodías minimalistas de “Cloche”, donde aterriza finalmente el álbum.
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