Estados Unidos encabeza la lista de las reacciones más violentas: horas después de su sanción se conocieron ataques salvajes a personas lgbtiq en las calles de San Francisco, Seattle, Carolina del Norte, Cincinnati y Kansas. Y las más bizarras: el caso de Becky Wegner Rommel, de Indiana, que grabó un desquiciado video, viralizado tras millones de reproducciones en YouTube, donde acusa a “cinco jueces que decidieron que Dios estaba equivocado” y convoca, entre llantos, a todxs lxs cristianxs del mundo a intervenir y frenar esta decisión apocalíptica, logrando así sus quince minutos de fama como la voz principal del fundamentalismo cristiano norteamericano. O aquel tipo que en Dakota del Sur intentó casarse con su perro para demostrarle al mundo que la nueva ley implicaba el “vale todo”, sin olvidarnos que Donald Trump declaró hace muy poco que “reconsiderará fuertemente la vigencia de la ley” si llegara a la presidencia de su país.

Holanda, el primero en legalizar el matrimonio universal, tampoco se quedó atrás, y las campañas violentas llegaron de la mano de fundamentalistas, como el líder islámico Khalil el-Moumni en Rotterdam, quien declaró que “los europeos se encuentran por debajo de los perros y los cerdos porque en los Países Bajos se permite que los homosexuales se casen entre sí”. Cortados por la misma tijera reaccionaron en España algunos grupos religiosos, conservadores y políticos del Partido Popular, que luego de la aprobación de la ley en 2005 intentaron sin éxito, siete años después, declararla inconstitucional. Durante los debates desfilaron personajes nefastxs como Montserrat Nebrera, ex diputada de Cataluña por el PP, declarando que esta ley “es como la unión entre dos hermanos, un perro y una señora o una señora y un delfín” o Lluís Fernando Caldentey, alcalde de Pontons en Barcelona, quien aseguró que “un gay es una persona tarada que nace con una deformación física o psíquica” y que por eso se negaba a casarlxs. En las manifestaciones madrileñas hasta se llegó a componer un rap que lxs manifestantes le cantaron al presidente: “Zapatero mentiroso/de la Iglesia eres moroso/mentiroso Zapatero/la familia es lo primero”. Otro caso paradigmático fue el de Francia, cuyas manifestaciones anti-igualitarias establecieron en la zona parlamentaria parisina un verdadero campo de batalla: trescientas personas fueron arrestadas pocos días antes de la celebración del primer casamiento, entre bombas de humo, piedras y ataques a transeúntes, policías y periodistas, y alrededor de veinte miembros de la agrupación xenofóbica Génération Identitaire subieron a los techos de la sede central del Partido Socialista y colgaron una bandera exigiendo violentamente la renuncia del presidente François Hollande, haciendo de ésta la concentración más grande de grupos derechistas y neonazis en Francia de las últimas tres décadas.