Viernes, 15 de julio de 2016 | Hoy
TEATRO
En Plagamante, la última obra de Charlee Espinosa con la presencia estelar de Peter Punk, los amantes vuelven del más allá para saldar deudas de triángulos amorosos del más acá.
Por Alejandro Dramis
Sí, el título lo dice todo: los amantes son como las plagas, o más precisamente, como las cucarachas. No hay con qué darles, constantemente vuelven, porque nunca se fueron o porque se quedaron para hacer su aparición estelar en el momento menos esperado. Es por eso que cuando cae el telón devora el espacio entre guantes y anteojos una esbelta y seductora Carmen, abrazada al fumigador manual que carga para todos lados como un arma de destrucción masiva contra su guerra imaginaria, aunque más real de lo que ella sospecha. Rocía cada metro cuadrado de un hogar repentinamente plagado de insectos invisibles que comparte con Enrique, con quien atraviesa la crisis del séptimo año y de la cual suponemos que no saldrán airosxs. Y será por eso también que la fallecida Alba, la madre de Enrique, no se resigna a su propia muerte y decide volver del más allá para orbitar el matrimonio de su hijo durante toda la obra y forzar un desenlace irremediable para lxs tres. Glamur y estilo brillan en Alba, una especie de Graciela Borges recién llegada del Hades, antes papá y ahora mamá, antes viva y ahora muerta pero vuelta de la muerte para rematar algunas cuestiones pendientes con su hijo y su nuera porque las cuentas pendientes del amor no se acaban hasta que no se saldan por completo.
“Melotragedia de amores malparidos”, reza el subtítulo de una obra que prepara desde el primer momento la sangre que brota de sus protagonistas como tinta de una dramaturgia oscura, bizarra y trash que pone su pluma al servicio de la exploración de los amores truncos entre Enrique y Carmen, entre Enrique y Alba, y entre Alba y Carmen al mismo tiempo. Pasiones desbordadas que confinan un melodrama triangulado por canciones de cuna que resuenan a los hits de Q. Lazzarus, como los que el asesino Buffallo Bill bailaba adorándose frente al espejo en El silencio de los inocentes, mientras las estrategias de escape se superponían a las máscaras de rímel, los tatuajes que pregonaban el amor en la tortura y las pasiones sexuales narcisistas.
Peter, Branimir y Rosario le dan vida a una Plagamante que se planta con el orgullo de ser rara, de transitar su devenir freak y hacer de la desmesura su leitmotiv desde el comienzo hasta el final. Historia de reminiscencias almodovarianas, que quiebra con humor negro los espacios de poder de sus protagonistas y lxs desnuda frente a todxs lxs presentes.
Sábados a las 22, Espacio Tole Tole, Pasteur 683
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.