Lee Kang-sheng, quien interpreta al eterno paseante bisexual por las calles de Taipei en las películas del cineasta Tsai Ming-liang, dirige y protagoniza esta historia sobre el cultivo de marihuana ligado a una erotomanía urbana. El cuerpo de Lee y de las actrices se entregan a una experiencia de sensualidad, donde la vitalidad de la carne transpirada donde se reflejan los neones urbanos se suma a un sopor narcótico para construir ese extraño juego de seducción con algo más de adrenalina que en el cine de Tsai. En Taiwán la tenencia de una planta de marihuana está condenada con penas altísimas y el rodaje de la película fue una situación de riesgo que inyecta cierto nervio a la narración.