Me hice la mastectomía hace seis años, y desde entonces el pecho es lo que más muestro. Me saqué los pezones para escapar de la estructura tanto de “lo femenino” como de “lo masculino”. Me he tatuado mucho el pecho. Me he hecho escarificaciones en el rostro, que para mí es una práctica muy tribalista, y me interesa por el lado ritual. Estoy dando mis primeros pasos como tatuador, por eso voy tatuando a muchxs amigxs trans. Muchas mujeres trans, que en general no usan tanto tattoo, se me acercan y lo que vamos conversando son posibilidades de tapar con el tattoo heridas que les haya hecho la policía, en otras situaciones de violencia institucional o consumidores de prostitución. El tattoo se convierte así en una herramienta para darles otra forma a esos estigmas.