De acuerdo con lo previsto, el acto arrancará a las 14:50, hora exacta en la que ocurrió el ataque, con el sonido de una sirena y, luego hablará Nelly Durán, representante de los familiares de las víctimas y sobrevivientes del atentado.

Organizado por los familiares, la Embajada de Israel y el gobierno de la ciudad, el acto continuará con los discursos del jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y de Daniel Gazit, embajador de Israel en Argentina.

Al igual que todos los años, la conmemoración del ataque ocurrido el 17 de marzo de 1992 se realizará en la Plaza Embajada de Israel, en la calle Arroyo al 900, del barrio porteño de Retiro.

Según se informó, a raíz del operativo de seguridad que será desplegado para la ocasión, el ingreso del público general estará habilitado únicamente por la intersección de la calle Suipacha y avenida Del Libertador.

De acuerdo con los datos oficiales, la voladura de la sede de la embajada israelí en Buenos Aires causó 22 muertes, aunque algunas proyecciones realizadas a partir del hallazgo de restos humanos que nunca fueron identificados entre los escombros aumentan el número a 29. En tanto, los heridos como consecuencia del ataque fueron 350, entre ellos ancianos y niños de un geriátrico y un jardín de infantes aledaños.

El embajador de Israel, Daniel Gazit, reclamó hoy el esclarecimiento del atentado a la embajada de ese país perpetrado aquí en 1992, mientras el Gobierno nacional reconoció su "dolor y frustración" por no lograr aún ese objetivo, pero reiteró su "indeclinable compromiso" para castigar a los culpables.

"El atentado no fue esclarecido, hay culpables que no están enjuiciados y responsables que permanecen libres", dijo Gazit en el acto por los 17 años del ataque que mató a 29 personas.

El diplomático advirtió entonces que "imponer justicia es obligatorio y esclarecer los hechos, desenmascarar y castigar a los asesinos es parte de nuestro deber para con las víctimas y sus familiares".

En tanto, el canciller Jorge Taiana, el máximo funcionario nacional que estuvo en el acto, dijo que "pese al tiempo transcurrido no ha sido posible castigar" a los culpables, por lo que, afirmó, "compartimos el dolor y la frustración por esta situación" con los sobrevivientes y familiares y amigos de las víctimas.

Así, aseguró que "el esclarecimiento y castigo a los culpables constituye un indeclinable compromiso del gobierno argentino", que, aseveró, hará "todo lo que se encuentra a nuestro alcance para que la impunidad y el encubrimiento no prevalezcan".

La ceremonia, como ocurre todos los años, comenzó a la hora del ataque, con el sonido de una sirena, en el solar de Arroyo y Suipacha de esta capital, donde estaba emplazada la embajada y ahora hay una plaza seca que recuerda el hecho y las víctimas.

En medio de un fuerte operativo de seguridad y con las calles de alrededor cortadas, compartieron el escenario autoridades israelíes y de los gobiernos nacional y porteño. En principio había trascendido que iba a estar el jefe comunal, Mauricio Macri, pero finalmente estuvieron, entre otros, el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, y el ministro de Educación, Mariano Narodowski.

También hablaron e hicieron su reclamo familiares de las víctimas, como Carlos Susevich, padre de una joven muerta en el ataque, que según las cifras oficiales provocó 29 muertes y heridas a alrededor de 240 personas. Dos años más tarde, el 14 de julio de 1994, se produjo el atentado contra la mutual judía AMIA, donde fallecieron 85 personas.

Rodríguez Larreta afirmó en el acto que "fue un atentado contra todos nosotros, argentinos y extranjeros, judíos y católicos".

El funcionario macrista afirmó que "tenemos un compromiso con la sociedad y con la Justicia y somos una sociedad de paz, que hace de la convivencia pacífica un culto sagrado".

"Rendimos nuestro homenaje y renovamos el compromiso de cultivar la memoria para construir un futuro de paz", dijo Rodríguez Larreta. Luego advirtió ante la prensa que "es posible seguir investigando; hasta ahora no ha habido voluntad de investigar en serio, pero la responsabilidad de investigar es del gobierno; no hay que bajar los brazos ni abandonar la investigación".

En tanto, Gazit afirmó que "el 17 de marzo marca un hito en la guerra mundial contra el terrorismo de las tinieblas, del mundo oscuro, contra Israel. El terrorismo no ataca países autocráticos, sino países democráticos y libres; algunos de esos Estados les dan ayuda, financiamiento, armas y entrenamiento, y sin ellos no podrían los terroristas actuar y existir".

"Este cruel y cobarde atentado acabó con la ilusión de que Argentina fuese un oasis sin fanáticos asesinos para quienes la vida humana no tiene ningún valor", dijo.

"Esos asesinos -añadió- se presentan como héroes, con Estados que los apoyan, y manipulan con sus mentiras, manipulan la verdad de tal manera que los crímenes que hacen de manera impune tratan de atribuirlos a otros".

Por su lado, Taiana dijo que los atentados contra la embajada y la AMIA fueron "contra todo el pueblo argentino" y afirmó que Argentina "rechaza firmemente el terrorismo internacional y continuará trabajando activamente a nivel nacional, regional y multilateral para prevenirlo y erradicarlo".

"El esclarecimiento de estos actos terroristas y el castigo a los culpables constituye un indeclinable compromiso del Gobierno argentino", aseveró.

Agregó que "no renunciaremos jamás en nuestro empeño de castigar con toda la fuerza de la ley a quienes planearon, instigaron, ejecutaron o de cualquier otra forma colaboraron con los crímenes cometidos en 1992 y 1994".

"Con dolor debo reconocer que a pesar del tiempo transcurrido no ha sido posible poner fin a estos casos y castigar a los culpables. Compartimos el dolor y la frustración por esta situación y estamos firmemente convencidos que debemos hacer todo lo que se encuentre a nuestro alcance para que la impunidad y el encubrimiento no prevalezcan", enfatizó.