El defensor del Pueblo, Vólmar Pérez, repudió el ataque y dijo que los muertos eran vendedores informales y transeúntes, tras señalar que su despacho había advertido a las Fuerzas Armadas sobre la vulnerabilidad de Buenaventura por la presencia de milicianos de la guerrilla y narcotraficantes.

Una enfermera del Hospital Departamental, Alba Minota, relató que las personas que fueron llevadas allí llegaron con quemaduras, fracturas, esquirlas incrustadas en diversas partes del cuerpo y lesiones auditivas.

Entre los heridos se encuentran una fiscal, un asistente de la Fiscalía, dos agentes de la Policía Judicial y cuatro miembros del Cuerpo Técnico de Investigaciones.

La situación fue lamentada por el presidente colombiano, Álvaro Uribe, quien ordenó a su ministro de Defensa, Gabriel Silva, a los altos mandos militares y otros funcionarios desplazarse a Buenaventura a analizar la situación.

"No podemos mantener la guardia abajo, no podemos confiarnos, habíamos recuperado mucho a Buenaventura y estos hechos demuestran que no nos podemos confiar", dijo Uribe a la Fuerza Pública durante un acto público con empresarios en la ciudad de Medellín.

Antes de la intervención de Uribe, el director del Comité de Emergencias del puerto marítimo, Jerry Foris, dijo que la explosión produjo grandes daños en edificaciones ubicadas a varias cuadras a la redonda.

Las medidas de seguridad habían sido reforzadas en la ciudad este martes, pocas horas después de que siete camiones de carga fueran incinerados en una carretera que conduce a Buenaventura, en un ataque atribuido a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El ministro de Defensa Gabriel Silva dijo que al parecer la acción obedece a una alianza entre las FARC y bandas del narcotráfico, mientras que el comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla, pidió a la comunidad internacional que repudie esas expresiones de terrorismo en Colombia.

"Es una ceguera total de las FARC o de la organización que haya sido", dijo el oficial.

El fiscal general, Guillermo Mendoza, dijo que las primeras investigaciones de su despacho indican que el ataque fue cometido en el marco de una "guerra" entre narcotraficantes o que obedece a una retaliación de carteles de la droga contra la Fiscalía por la captura de mafiosos.

"Las FARC operan también allí, pero las circunstancias apuntarían a un enfrentamiento entre narcotraficantes o una retaliación contra la Fiscalía", dijo Mendoza.