Cristina llegó poco antes del mediodía al aeropuerto internacional de Resistencia, desde donde fue trasladada hasta la sede de la Catedral, en el centro de la ciudad, para presidir el Te Deum, oficiado por el arzobispo local, monseñor Fabriciano Sigampa.

Al término de la ceremonia religiosa, Cristina se dirigió al Salón Manuel Obligado de la Casa de Gobierno, ubicada a una cuadra del templo, donde recibió el saludo de las autoridades nacionales, provinciales y de diplomáticos extranjeros.

Desde el palco oficial levantado en la Plaza 25 de mayo, Cristina recordó el discurso de asunción de su antecesor, ocho años atrás: "Yo no lo escuché como su esposa, lo escuché como su compañera de militancia y sentí que finalmente nuestro país iba a comenzar un camino diferente. Allí empezó un camino donde los argentinos volvieron a recuperar la confianza en su país y el orgullo de ser argentinos", y agregó que "tuve la certeza de que iba a ser difícil, que nos iba a costar mucho, pero no imaginé cuánto".

Más adelante, la Presidenta afirmó que "ese hombre desgarbado que venía desde el sur" se comprometió a llevar adelante las convicciones de miles y miles de jóvenes que 30 años antes habían saludado la asunción de Héctor Cámpora en la misma plaza, y agregó que cualquiera fuera el lugar donde esté "debe estar conforme con la vida que tuvo, orgulloso de haber vivido la vida que vivió, porque tuvo la suerte de elegirla y porque tuvo la suerte de ver realizados los sueños de su juventud".

Por último, manifestó que "sólo le pido a dios una cosa, que me dé a mí y a todos los argentinos la fortaleza, la entereza, la grandeza, la humildad y la solidaridad que todos tenemos que tener para poder construir un país diferente: Tenemos Patria, argentinos. Estemos orgullosos", concluyó.